sábado, 31 de mayo de 2014

CARREREANDO LA CHULETA


QUE NO LE DÉ MIEDO SER LÍDER
Por Ronay González
Donde hay un buen líder se nota, y curiosamente es más visible precisamente cuando no está, porque todo marcha bien, como si nada faltara, pero la jerarquía empresarial, la política, incluso la familiar nomás no quiere darse por enterado de que las cosas han cambiado.

Por favor, no diga: “¿y a mí esto en qué me beneficia? ¿Yo que tengo qué ver si nunca he sido jefe de nadie (ni de mi casa)? A mí díganme qué hacer y todos contentos.

Léalo antes, piense si lo puede aplicar, si de alguna forma le ayuda en su ambiente laboral, familiar, en el sindicato, en el equipo de futbol. Nos han hecho creer que sólo unos cuantos pueden ser líderes y que esos pocos elegidos tienen la responsabilidad de cargar con todos los demás, pero es todo lo contrario, si desde niños formáramos líderes y no seguidores, créame, en este país no se viviría como se vive.

El primer punto es que debes saber ganarte la confianza de tu equipo, de la escuela, del trabajo, de tu familia, porque si no eres capaz de escuchar antes de pegar de gritos como si el vecino fuera el de la discusión contigo, nunca te vas a enterar de lo que anda mal, por tanto cuando te enteres de los problemas ya serán muy grandes y poco se podrá hacer en materia de prevención. Esto aplica desde la actitud con tus hijos y por qué nunca supiste que tu hija ya tenía novio, hasta que salió embarazada en la secundaria; hasta el hecho de que un empleado te esté robando y aunque los demás lo sepan nunca te lo van a decir porque en una de esas “agarras parejo”.

¿Crees que sólo tú puedes hacer las cosas bien? qué pena, la respuesta es: no. Un líder debe ser capaz de conocer las habilidades de cada miembro de su equipo para ponerlo exactamente en el lugar donde se desempeñará mejor y dejarle que haga lo que sabe hacer, de otra forma, si se quiere controlar hasta el más mínimo detalle todo pasa, el jefe se desgasta demasiado porque humanamente no tendrá la capacidad de estar en todos lados al mismo tiempo, y su equipo no podrá actuar con imaginación, espontáneamente, nunca dará lo mejor de sí; puesto del lado familiar, estarás donándole unos buenos inútiles a la Patria.

Nunca, pero nunca, nunca, menosprecies a nadie, ni a tu empleado ni a tu hijo, porque aunque suene drástica la comparación, el daño en ambos será importante. Un líder jamás le andará gritoneando, ni al peor de los empleados, que es un “animal” (bueno, apliquen las lindas palabras que han escuchado de sus jefes o de sus padres), y menos frente a alguien más. Además de ser una total falta de respeto, lejos de “imponerse” lo único que logran es precisamente perder el respeto de todos los demás, y tal vez se infunda un poco de miedo en algún momento, pero jamás será un jefe o un padre, respetado, será simplemente un lépero.

He escuchado a más de uno decir cuando llega a un nuevo puesto y casi siempre en tono de malvado de telenovela: “yo no vine aquí a hacer amigos, vine a trabajar”. ¡Qué tristeza! Pasar la mayor parte de tu vida rodeado de no-amigos debe ser por demás cansado. Y no es que el jefe deba ser el mejor amigo de todos sus empleados, se trata de ser confiable, del arte de lograr más camaradería que odios en un equipo de trabajo, en la familia.

El último: por favor, tenga la sencillez de reconocer cuando las cosas se hacen y salen bien, porque de lo contrario, los demás dejan de esforzarse, total, nunca le parece nada, así que mejor ni se gasta tiempo, dinero y esfuerzo en hacer las cosas con tendencia a la excelencia si de todas formas el resultado es el mismo. No se trata de aplaudir cual foca cada tarea hecha, es reconocer un buen trabajo, es darle a tu hijo un abrazo por un buen ciclo escolar, un logro, un diploma.

Si lo pensamos bien todos tenemos una responsabilidad de liderazgo en mayor o menor grado, hay que sacarle provecho, hacerlo bien, y de paso que entiendan los “títeres” que se dicen líderes, que lo que hacen tienen que ver con todo, menos con liderazgo; que aplastar, ordenar, condicionar, robar, nunca podrán ser formas de ejercer un liderazgo.

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