Faltan huevos en Tapachula
Por. Oscar Ballinas Lezama
“Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora” (Romanos 8:22).
Los ríos que rodean y parten en dos a Tapachula, bajan serpenteando desde el volcán de Tacaná (la casa de fuego), y al entrar en los primeros poblados, son agredidos por la gente que descarga en ellos todo tipo de contaminantes, hiriéndolos de muerte mucho antes de llegar al océano pacífico.
El mar que toca las playas de Tapachula, Suchiate y Mazatán, termina recibiendo todo tipo de plástico, fungicidas, herbicidas, animales muertos, detritus humana, jabón, basura, y otros contaminantes arrastrados por las corrientes del Texcuyuapan, convertido ya en receptor de las aguas negras, así como el Coatán y Cahoacán que se niegan a morir, pese a la terrible contaminación que sufren por los habitantes de este municipio, que han olvidado que el agua, el aire y la tierra son sagrados.
Parece que hablar o escribir sobre este tema para nadie es noticia; la generación que está ‘de salida’ y que ha sido cómplice de quienes han gobernado y autorizado en forma irresponsable y criminal los permisos para que los tubos conductores de aguas negras de la ciudad desemboquen en esos afluentes, no se ha detenido a pensar s que están poniendo su ‘grano de arena’ para llevar al desastre a toda la raza humana, no al planeta como muchos han pensado al hablar del fin del mundo, porque éste se regenera con el tiempo.
Para nadie es secreto que en la región del Soconusco es rica en vegetación, agua y tierras prodigiosas que han parido durante décadas el cacao, café, plátano, mango, limón, rambután, papaya, piña, chico zapote, papause, guanábana, caimito, etcétera; ahora sus entrañas se están secando envenenadas con los herbicidas, pesticidas y demás contaminantes que la mano del hombre les echa encima, en un nuevo intento de acabar con su entorno natural, sin pensar que las generaciones que vienen detrás, incluyendo en ellas a sus hijos y nietos, recibirán una herencia de muerte.
Ojalá que los nuevos gobernantes reflexionen a tiempo; aquí en Chiapas renace la fe en que el tema de la contaminación ambiental, será una prioridad a resolver en forma conjunta por el gobierno y pueblo, Manuel Velasco Coello, quien ha sido un incansable luchador social defensor del medio ambiente, entrará en funciones el próximo 8 de diciembre y nadie duda que dará continuación cumplirá ese compromiso moral y político que siempre ha antepuesto a otras prioridades, sabedor que todo ser humano tiene la obligación ineludible de proteger a la madre tierra, la hermana agua y el padre aire.
Si bien en Tapachula existen prioridades en apoyo a la salud, parte de esa solución sería el rescate de sus ríos para que no sigan siendo receptores de las aguas negras, quizás una red de tuberías en las orillas de los afluentes para conectar los drenajes que actualmente caen en esas corrientes de vida y conducirlas a plantas tratadoras de aguas residuales, podría ayudar a salvarlos.
Y hablando de necesidades, Tapachula sigue ‘sin huevos’; los acaparadores están haciendo su agosto y los que se encuentran a la venta se consiguen a precio de oro, y hasta eso, con el peligro de que vengan contaminados por el cobalto 60 que presuntamente utiliza Moscamed para fabricar el alimento que engorda a las aves y ganado en esta región costeña de Chiapas.
Por fortuna algunos legisladores federales que se acaban de estrenar en San Lázaro, ya están levantando la voz y señalando que para evitar la escasez del producto de gallina, la Secretaría de Comercio anunció la importación de 211 mil 400 toneladas, para uso industrial.
Sin embargo, dijo el legislador federal chiapaneco, el asunto no es tan simple, y explicó que se debe recuperar la producción del huevo en el país, añadiendo que también se deberá nivelar la producción de insumos como el maíz, el sorgo y la soya, para lo cual se debe pensar en la creación de un fondo especial de recursos.
Ojalá que el resto de los diputados y senadores chiapanecos, trabajen unidos y en la misma frecuencia, para lograr que en Chiapas ‘siga habiendo huevos’
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