jueves, 8 de noviembre de 2012

Comentario Zeta

El sismo de ayer. Llamado a la reflexión 

Por Carlos Z. Cadena

Primero fue susto que se prolongó hasta el pánico ya que no paraba el movimiento telúrico, el reloj marcaba alrededor de las 10:35 de la mañana y un par de damas que se encontraban en un restaurant de conocido hotel de Tapachula, tuvieron crisis nerviosa, dos caballeros más que salieron corriendo estuvieron a punto de ser atropellados por una camioneta negra de lujo, que velozmente pasó por la calle del lugar. Unos corrían para un lado y otros para otro, pero el rictus de miedo en sus caras no se podía ocultar. Un mesero soltó la charola con algunos productos alimentarios para emprender una huida descomunal gritando que corriéramos todo porque el edificio se iba a caer. Fue un caos total y un desorden de que no estamos preparados ante una contingencia eminentemente sísmica.

Desde ese lugar pudimos observar también que insignificante somos los seres humanos ante el poder de la madre naturaleza –ante el poder de Dios- y segundo que nuestra sociedad chiapaneca no está preparada para sortear estas eventualidades específicamente en torno a los sismos, pese a que en estos últimos tres años somos la entidad que mayor número de temblores hemos tenido a lo largo y ancho del país. Increíblemente fuimos superando a Guerrero y Oaxaca, hasta llegar hoy a la supremacía nacional en materia de sismos.

Los chiapanecos podemos tener mucha cultura en materia de cómo actuar antes, durante y después de un fenómeno climático sobre ciclones o huracanes, y han sido excelente esa concientización a través del famoso “Pepe preventivo”, sin embargo poco se ha hecho sobre algún fenómeno perturbador cómo los sismos, y ahora será muy urgente que el Instituto de Protección Civil para el Manejo Integral de Riesgos de Desastres, promueva por toda la geografía estatal, una mayor cultura en materia sísmica, que es muy diferente a la de los huracanes o fenómenos atmosféricos.

Debemos ver que el fenómeno sísmico es todo el año y puede suceder en cualquier momento, y el fenómeno de las intensas lluvias –huracanes- son únicamente determinados meses del año, y por eso desde ahora la cultura de prevención sísmica debe de estar muy cerca de los chiapanecos. Tenemos que voltear los ojos para nuevas estrategias de carácter preventoria, porque si alguien va a salir con que si hay cultura sismológica en Chiapas, le vamos a decir que es un empedernido mentiroso. Inclusive podemos decir que la poca o mucha cultura de prevención contra los fenómenos atmosféricos en estos últimos años es que hemos avanzado mayormente el pueblo chiapaneco, más ahora que el cambio climático ha desordenado a la entidad, porque ahora las fuertes lluvias con sus respectivas tormentas eléctricas, ya no son exclusivamente de la Costa o el Soconusco, sino que ya la podemos ver aterradamente en Tuxtla Gutiérrez y los altos de Chiapas. 

El temblor de ayer miércoles 7 de Noviembre en Chiapas, debe de ser un llamado a la reflexión. Hay muchos testimonios no solamente en Tapachula sino en todo Chiapas, que el sismo fue aterrador poblacionalmente y ahora sabemos que hubo dos en un determinado tiempo record, uno con epicentro a 70 kilómetros de Ciudad Hidalgo, (7.33 en la escala de Richter) y el segundo en Río Grande Oaxaca, (Con 6. 3 grados) por eso tal vez muchos sintieron esa prolongación infernal. Solamente Dios sabe porque no fue fatal este temblor que se sintió hasta en Puebla y la ciudad de México, y por el lado de Centroamérica, hasta la República de El Salvador. En Guatemala la prensa ha dicho que es el sismo más intenso desde el terremoto de 1976, que lamentó muchas muertes y daños materiales. Es más el temblor de ayer, también fue el que daño más en ciertos escenarios al país del quetzal.

Hay que reconocer con entereza que causó un total desconcierto social el imponderable de la madre naturaleza que se sintió en Chiapas. Afortunadamente más allá del pánico, los daños son mínimos, que no van más allá de las cuarteaduras, rompimiento de vidrios, desgajamientos de paredes, en viviendas y edificios públicos.

Pero lo trascendental es reconocer que no estamos preparados concienzudamente para hacerle frente a un sismo con esas características aunque digan que ya hubo simulacros. A Chiapas le urge por los cuatro puntos cardinales de su geografía que aglutina a 122 municipios, una mayor cultura de prevención sísmica, donde un papel importante debe jugar los maestros de las diversas escuelas. Lo de ayer fue un llamado de atención y un foco rojo, de que los sismos van a seguir dándose, ya sabemos que vivimos en un área geográfica continental vulnerable a los movimientos telúricos.

Por ejemplo hay al menos un Jardín de niños y una escuela primeria, que se vivió un pánico verdaderamente aterrador por muchos yerros que se cometieron por los mismos maestros -sobre todo del Jardín de Niños- que fue un infierno porque todos los niños se asustaron ante los gritos de una maestra. Respecto a la escuela primera la culpa se atribuye a un cibernauta que dijo que una pared se había venido abajo, y decenas de padres que fueron informados se trasladaron a la institución educativa en busca de sus hijos. No había tal cosa. 

Pero en el fondo, repetimos no estamos preparados los chiapanecos ante eventualidades sísmicas que muy bien pueden empezar en la propias casas para cultivar que hay que hacer ante un inesperado movimiento telúrico. Ayer mismo atajamos también gente irresponsable del mundo del ciberespacio que advertía que a las tres, cinco, ocho y doce de la noche venía otro sismo más fuerte del ocurrido. Dijimos a través del Facebook, que eso no era cierto, ni la ciencia sabe de esto con exactitud, salvo Dios. Lo ocurrido ayer con el sismo debe de ser un llamado a la reflexión, para crear cultura preventiva y también para exigir más a la industria de la construcción para una mayor fuerza en las edificaciones de Chiapas. Nuevas leyes sobre la materia.

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