domingo, 27 de octubre de 2013

Comentario Zeta

Dr. Manuel Velasco Suárez
LA VOCACIÓN Y LA EQUIVOCACIÓN

Por Carlos Z. Cadena
(Hace muchos años, el reconocido internacional médico chiapaneco Javier Castellanos Coutiño, escribió este artículo sobre la vocación y equivocación que llama a la reflexión justamente cuando acaba de festejarse “El Día del Médico”. Por ser de interés público y con plena vigencia lo reproducimos íntegramente. Gracias al médico Luis Manuel Salgado Corsantes por su apoyo al trabajo periodístico)

El Dr. Manuel Velasco Suárez, distinguido neurocirujano mexicano, solía repetir a sus alumnos y amigos que en la carrera de medicina había estudiantes por vocación y otros por equivocación; es así como se explica y usted no debe sorprenderse, que en el transcurso de su vida se encuentre con médicos dedicados, estudiosos y muy comprometidos en el servicio, y otros que pertenecen al grupo de los simplemente se equivocaron.

La vocación del buen médico generalmente trasciende al individuo y se convierte en autentica preocupación social, se preocupa por el paciente, su familiares, su habitación, su alimentación, su entorno, esto no es nuevo viene desde la prehistoria cuando el médico de la tribu también el sacerdote, pasa por el shaman y llega a los médicos científicos, de éstos le comento el siguiente hecho: en 1847 Rudolf Virchow, patólogo alemán después de investigar una epidemia de tifo en la Alta Silesia, concluyó que las principales causas de esa enfermedad eran los factores sociales y económicos; defendió, desde entonces, el concepto de que la salud humana es un asunto de interés social directo y que las condiciones sociales y económicas deber ser analizadas científicamente como causas de enfermedad. Es en este contexto que se le atribuye haber pronunciado la discutida frase: la medicina es una ciencia social y la política no es más que una medicina en gran escala. Sí esto fuera así, lo que tendríamos que desear en México, aunque frecuentemente tenemos pruebas contrarias a ello, es que nuestros políticos profesionales también lo sean por vocación y no por equivocación.

Antepongo y creo oportuno estos comentarios, en un periodo que ha sido particularmente rico en noticias sobre nuestro sistema de salud y que no hacen más que confirmar lo que en forma reiterada hemos venido señalando en esta columna: nuestro sistema de salud ha dado buenos resultados, supo construir grandes instituciones, abatió en su oportunidad la muerte materna e infantil, mejoró la expectativa de vida. Etcétera.

Sin embargo, ante los nuevos desafíos se ha agotado, el sistema está enfermo, necesita cirugía mayor y apoyo de terapia intensiva y para hacerlo se requiere de hábiles cirujanos, no sólo médicos necesita también del análisis racional y científico de nuestros problemas y de una fuerte e inflexible vocación y decisión política.

Como si se tratara de una junta médica en torno a un enfermo, surgió la participación y la opinión del Secretario General para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), institución de la que México es miembro desde hace años: Donald H. Johnston quien pronunció un análisis realizado en el 2004 sobre el sistema de salud, una alocución fina de gran tersura diplomática, pero con evidencias duras y claras que puntualizo lo siguiente:

México tiene en la actualidad un sistema de salud.

1.- Inequitativo en tano que no llega a los más necesitados

2.- Orienta mal sus recursos públicos que suelen canalizarse a los Estados con mejor desempeño económico.

3.- Más de la mitad del gasto total en salud es pagado por el bolsillo de los más pobres

4.- Tiene una Seguridad Social que cubre menos del 50 por ciento de la población y que comparada con el resto de países miembros de la OCDE, se encuentra en uno de los últimos lugares de cobertura.

5.-.Sufre de un pobre financiamientos, con no más de seis por ciento del PIB, cuando el promedio en los otros países de 8.5 por ciento.

6.- El nivel de gasto público es el más bajo de los países miembros de la OCDE y, por si esto no fuera suficiente.

7.- Adolce de serias ineficacias en la provisión de servicios de salud que consume más 9.5 por ciento del gasto total, tan sólo en su administración (el más alto de todos los países de la OCDE.

Como usted seguramente ya se me adelantó en su razonamiento y tiene razón esto es por supuesto el resultado entre otras cosas de las condiciones sociales, laborales y económicas reales de México, con lo que se diluye así las declaraciones optimistas y el manipuleo irrespetuoso de las estadísticas que con frecuencia escuchamos lamentablemente desde lo más altos niveles de gobierno de nuestro país.

Desde la óptica de una organización internacional de tal naturaleza se observa, y se opina sobre las reformas propuestas la receta de esta administración, y que en términos de asistencia, prácticamente se limita al tan llevado y traído Seguro Popular, sobre el que se comenta en el mismo discurso y nos deja como mensaje que dicha prescripción sólo tendrá éxito si se logra:

1.- Una mayor eficiencia del sistema

2.- Mayores y mejores controles administrativos

3.- Mayores incentivos a los proveedores de servicio

4.- capacidad para otorgar servicios de alta calidad

5.- Más recursos económicos

Es cierto que se requiere de mayores recursos económicos, pero quienes hemos estado en la trinchera sabemos, porque lo hemos padecido pues nuestros presupuestos siempre han sido muy limitados y en el transcurso del ejercicio, y de esto se ha hecho ya una costumbre, se padecen una cadena de recortes que afectan seriamente la prestación de los servicios Y, ¿Cómo lograr mayores incentivos a los médicos, enfermeras y personal administrativo (cuyo salario es menor que el de intendencia) ¿Cómo incentivarlos y mejora la calidad de sus servicios cuando la principal queja de ellos es el nivel de abasto de insumos? Medicamentos, materiales de curación etc., éstos están siempre debajo de los mínimos indiscutiblemente, además se arrastran serias fallas estructurales en todos los sistemas de abasto de las instituciones, por más que se hagan declaraciones triunfalistas , y si uno desea investigar basta informarse en cualquier hospital el número de cirugías que ha diario se cancelan por falta de insumos básicos ¿Cómo entonces, enarbolar la calidad como bandera? ¿Cómo seguir mejorando la calidad si el recurso financiero ha sido tradicionalmente insuficiente para los programas de requipamiento de las unidades y en consecuencia de equipos obsoleto? Y aún más. México carece de una cultura de mantenimiento de nuestros inmuebles y de nuestros equipos que dificultan seriamente el ejercicio profesional satisfactorio.

MÉXICO, NUESTRO MAYOR INTERÉS.

Por supuesto que se necesitan mayores recursos, pero no sólo eso, y precisamente por ello y sabiendo de nuestras limitaciones históricas y crónicas, yo agregaría a lo dicho por el representante de la OCDE, que resulta urgentemente replantear nuestro modelo de atención y estoy plenamente convencido que no es tarea fácil, que un interés superior, el de México, por el que hay que empezar, entiendo también que a esta administración se le pasa el tiempo y que debe tener ya otras preocupaciones, pero bien puede por lo menos abrir los espacios e iniciar la discusión políticamente, entiendo le resultaría conveniente, porque el tema salud será sin duda sin duda alguna central en la agenda de la, próxima contienda presidencial.

Si continuamos con la revisión como si el propósito hubiera sido encarecer más nuestra medicina (este tema enloquece a los extranjeros que quieren estudiar nuestro sistema) se dio paso a la creación de una serie de instituciones de seguridad social, propias de cada estado, para atender por presiones sindicales a la burocracia estatal, y ahora todas ellas sin excepción, juntas con el ISSSTE y con el IMSS pasan situaciones financieras graves. Sin embargo , no termina ahí, agregue el Seguro Popular, que lamentablemente en su concepción no tomó en cuenta ni la historia ni la infraestructura, gran parte de ella desaprovecha, que había construido el seguro social a través de régimen paralelo para la atención de no asegurados y que se llamo de distintas maneras a través del tiempo (Coplamar, Solidaridad) ahora tenemos que empezar a invertir en su propia infraestructura y no me cabe la menor duda que la siguiente iniciativa será – y ya lo verá usted- proponer toda una estructura burocrática que incluya por supuesto hasta su propia dirección de adquisiciones.

¿No será posible algún día empezar a soñar que en México los mexicanos tomemos la decisión de tener, como lo tienen otros países, ricos y pobres del mundo. Un solo seguro social que nos dé tranquilidad y certeza a todos, con un modelo lógico y racional aproveche mejor nuestros siempre escasos recursos financieros? ¿Por qué entonces muchos servicios fraccionados, costosos en su administración y todos ellos descapitalizados con servicios de mala calidad, inequidad e ineficientes? ¿Podremos algún día abandonar la cultura del despilfarro? A lo mejor ya estoy en el país de la utopía y todavía creo que los mexicanos somos capaces de ponernos de acuerdo en acciones que nos favorezcan a todos.

Me adelanto a contestarle, puede ser que me esté equivocando, pero siento mejor seguir pensando así.

Ahí lo dejo para su reflexión…….
Dr. Javier Castellanos Coutiño

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