Palestra

Chupando tranquilos
Por. Rodrigo Ramón Aquino

Si le hacen un examen al compañero José Ángel Córdova Toledo van a encontrar que tiene 90% de alcohol y 10% de botana. Ya sé, me equivoqué de escena, pero de qué otra forma se puede explicar lo declarado ayer por el presidente de la Comisión de Vigilancia de la LXV Legislatura al decir que el gobierno de Juan Sabines Guerrero no cometió desvío de recursos ni dejó obras incumplidas, según el informe de la cuenta pública correspondiente a los tres primeros trimestres de 2012. 

Ya ni la burla perdona al detallar que luego de analizar el informe de la cuenta pública emitido por el Órgano de Fiscalización Superior del Congreso del Estado (OFSE), la Comisión de Vigilancia entregó un dictamen a la Mesa Directiva que preside Neftalí Del Toro Guzmán, que “en términos generales” únicamente señala observaciones de operatividad que algunas secretarías, las que estarán obligadas a solventar después de ser notificadas.

Respecto a los señalamientos en su contra respecto a que es tapadera del WC de Sabines, esto al ocultar con celo y hielos los expedientes, Córdova dijo (hic) que no conocen el informe del OFSE ni el dictamen de la Comisión de Vigilancia porque “en la práctica” estos documentos se reparten hasta que el tema esté inserto en el orden del día de la sesión en que será votado. Ah, chido, tu desma.

“Yo sé que no he sido un santo, pero lo puedo arreglar, amor”, le habría cantado Sabines a Córdova para que hoy esté prácticamente sin mácula, ojo que ve doble el de la Comisión de Viciolancia.

Pero la cruda realidad alcanzará a José Ángel, cuando se le vengan encima el dúo marginal PRD-PT, acompañados de organizaciones sociales y ciudadanos, según dijeron en conferencia sus diputadas, para exigir transparencia y rendición de cuentas de la administración del ex gobernador Sabines Guerrero.

“Estamos inconformes por la falta de transparencia de dicho documento, porque aún no se aclara dónde están invertidos 40 mil millones de pesos, que es la deuda que Sabines en Chiapas”, dicen que dijo Mario Humberto Vázquez López, macho alfa del Trabajo, en una conferencia de prensa ofrecida ayer.

Mientras tanto, la quisquillosa Alejandra Soriano consideró que el presidente de la Mesa Directiva, Neftalí del Toro Guzmán, debe entregar a todos los diputados el dictamen emitido por la Comisión de Vigilancia lo antes posible para que lo analicen y discutan con responsabilidad: “de no ser así se estaría consumando un acto de traición al pueblo de Chiapas” (ya sabe, así toda melodramática con su lipstick rojo).

Pero bueno, a estas alturas a los chiapanecos ya no les sorprendería que las autoridades ni bullying intenten hacerle a Sabines, lo que sí ofende la inteligencia del respetable es que vengan ahora a decir que Juanito no robó ni un clavito, sólo entambó a Plablito. Ya pues, don José Ángel, tamos chupando tranquilos.

Ágora

La reforma política de 1996 logró que nadie en el Congreso de la Unión tuviera mayoría absoluta, esto para propiciar el diálogo y los acuerdos. Pero el tiempo mostró que lo acuerdos nunca llegaron y la sociedad rompió con sus élites políticas. Este tipo de democracia inhibió los gobiernos de mayoría capaces de desbloquear al país, pero sí mayorías opositoras que lo bloquean, lo que padecemos con múltiples ejemplos estos días. Sin institucionalidad política las grandes decisiones no se han tomado, sin acuerdos en los congresos la parálisis legislativa es inevitable y no hay a quién, claramente, echarle la culpa. En el caso de Chiapas, por el bien del proyecto de gobierno, los diputados locales, particularmente los del color del gobernador, deben fortalecerse en unidad, por encima de aspiraciones personales, para lograr los acuerdos necesarios con las otras fuerzas partidarias. Por ello, muy positiva resulta la operación cicatriz entre dos de sus principales actores: Emilio Salazar y Fernando Castellanos. La suma de la madurez y el entusiasmo puede resultar una fórmula muy productiva. En este justo momento nadie ha ganado ni perdido nada. Es tiempo de trabajar. 

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