VOTO POR VOTO; QUE NO, QUE NO
Nadie que haya vivido los dos últimos procesos electorales federales podrá olvidar el “voto por voto” que hiciera famoso López Obrador (aún recuerdo la adaptación que algún mexicano, sin mucho qué hacer y con mucha gracia, le hizo a la película de Madagascar cuando cantan “quiero mover el bote”). Lamentablemente a esta posibilidad acaban de echarle ácido, la enterraron, y además le pusieron cemento encima.
De acuerdo con información de una conocida revista política (Proceso, pues) con la nueva Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, se establece en el artículo 216, que “la salvaguarda y cuidado de las boletas electorales son considerados como un asunto de seguridad nacional”, con lo cual se pone fin a la discusión sobre la revisión de las mismas.
¡Zas! Así o más agresivo el asunto. La pregunta sería ¿por qué? Además de que los pendientes que tenían, sobre todo respecto de esta reforma electoral los están sacando cual tortillas, rapidito, rapidito, es por demás intrigante el por qué ni siquiera el PRD se opuso a esta medida.
Fue como lavar todas las culpas electorales de un solo golpe, pues ahora “por Ley” no podremos saber si hubo o no un fraude electoral en 1998 o en el 2006, mucho menos conoceremos lo que habrá en las boletas del 2018. ¡Qué bonito!
Dándole a algún legislador cuerdo que exista el beneficio de la duda (claro que la primer duda fue si en verdad existe), quiero pensar que en ese momento estaba más al pendiente de cómo iba su quiniela futbolera y por eso ni se enteró de qué estaban diciendo cuando levantó su manita; o tal vez ese día ni fue porque se inventó una comisión en su estado de origen cuando en realidad estaba en casa con sus cuates viendo el fut; alguna explicación un poquito más coherente debe haber, porque a esto que se votó no le encuentro la lógica.
Estoy totalmente en contra del abstencionismo, no sirve de nada, es como alzarse de hombros y seguir caminando no importa que el suelo donde pretendemos pisar se esté desmoronando. Yo fui de los que celebró que el voto pudiera servir para llegar a un cambio de partido, después de 70 años, sin armas, pero honestamente con acciones como ésta me hacen pensar que sería lo mismo que emitiera mi voto en un papelito de baño y se los diera, de hecho saldría mucho, pero mucho más barato.
¿No se supone que estamos en el camino de la transparencia, de la rendición de cuentas, y de todas esas cosas que se saben de memoria para los discursos?
Así nomás no se pueden disfrutar el Mundial, en cuanto me siento cómodamente los legisladores me cambian el país que había dejado antes de prenderle a la tele. Con cosas así me hacen desear que ya pierda México, que se regresen los jugadores y me dejen concentrarme en ¡una sola cosa a la vez! No cabe duda, estos del Congreso tienen la gracia de despertar al aguafiestas
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