Una esperanza para los tuxtlachiquences e izapeños.
Por. Exal Baltazar Juan Ávila
Verde. Víctor Manuel Ortiz, arqueólogo de profesión, encargado de revisar los trabajos de caminos en Izapa por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Chiapas pone al descubierto la mentira que arqueólogos como Garth Norman, utilizaron para hacer creer a muchos que en Izapa sería el único lugar en que se podría ver un fenómeno que se repite cada 51 mil años: “Hace algunos años, un grupo de empresarios turísticos “Nueva Era” o “New Age” (Mary Lou Ridinger, John Mayor Jenkins, Garth Norman, entre otros) llegaron a Soconusco, y como auténtico caballito de Troya, envolvieron a los habitantes locales con un “choro mareador” acerca de rayos cósmicos y portales a una dimensión paralela que ocurriría precisamente en Izapa el día del solsticio de invierno, una vez que la inmensa Vía Láctea, el Sol y nuestro hogar la tierra se "alinien"…
Incluso intentaron construir un hotel boutique con mirador, cabañas, temascal y observatorio en torre, para que un selecto grupo de sus clientes y seguidores pudieran apreciar los eventos del día en cuestión. Se sabe por notas periodísticas que las administraciones de Tuxtla Chico y Tapachula les otorgaron un millón de pesos cada una para impulsar el fastuoso proyecto (¿en dónde quedó la bolita?). No contaban con que la normatividad del INAH, de la ley general de bienes nacionales, les impedía abrir surco y construir su modesto museo disfrazado de Hotel de lujo (high end o boutique, como se les conoce a los hoteles de ese rango). No contaban o se habían hecho de la vista gorda ante el hecho de que dicho proyecto estaba contemplado en un predio que está dentro de la Poligonal de protección de la Zona Arqueológica de Izapa.
Amarillo. La idea tras esta celebración privada y con fines de lucro ya había prendido entre la población local, quienes a su vez y organizados en infinidad de asociaciones de vecinos, asociaciones civiles, reprodujeron el discurso del fin del calendario, “folklorizan” tradiciones milenarias y están a la espera del gran día, cuando pudieron haberse organizado en una sola instancia, presentando un proyecto sólido al Consejo de Arqueología y así realizar no uno, muchos eventos ligados a los verdaderos acontecimientos observables a “simple vista”: Los días de cenit (dos bien marcados en el transcurso del año: abril y agosto); equinoccios: también dos al año, el de primavera y el de otoño; solsticios: dos también al año, en verano y en invierno y cualquier otro evento celeste observable a “simple vista”, como lo hacían los antiguos habitantes de este México nuestro.
Qué tal si incluimos los eclipses o las conjunciones planetarias, haciendo fluir al turismo, con eventos reales y observables. Hasta aquí he contado por lo menos 10 eventos, uno casi cada mes.
Esperemos que el 21 de diciembre no esté nublado como la mayoría de los días en la región, que la gente no exponga sus retinas al sol, y que los miles de turistas que dicen abran, en verdad lleguen al lugar, a ver cómo se acomodan, pero desde mi experiencia personal, cualquier azotea sirve para ver la salida del sol.
En el juego de pelota de Izapa sólo se podrán apreciar las nucas de los que estén delante de nosotros, las copas de los enormes y exuberantes árboles que impedirán apreciar el horizonte sensible, y que no nos caiga el rayo cósmico porque ni para donde moverse.
Izapa tiene mucho potencial, no lo desperdiciemos en interpretaciones que no podemos comprobar” concluye el arqueologo.
Víctor Ortiz, arqueólogo de gran experiencia y conocimientos sobre Izapa, ve con gran pesar todo lo que está sucediendo con la gente y se lamenta que no pusieran atención a sus ponencias que en distintos foros compartió, pero también les da esa luz que necesitamos todos quienes de alguna manera estamos ligados a ese evento fugas y nos da la idea de algo más sólido, más consistente, más relevante y permanente que el “famoso” fin del mundo o fin de una nueva era. Pero también advierte que todo es posible trabajando unidos, no importa que sean varios grupos e intereses distintos, pero bien organizados se puede hacer realidad ese sueño, esa masturbación mental que nació de alguien que buscaba aprovecharse de Izapa.
Izapa surge nuevamente majestuosa y se encarna en la persona de Víctor Manuel Ortiz, para poder llevar esa luz de esperanza y una gran visión que pueda rescatar de las ruinas a las Joyas Arqueológicas de Izapa y una vez más pone en las manos de sus hijos las armas necesarias para que surjan majestuosos el linaje de la “cuna de la civilización” sea un mito, una leyenda, pero la verdad es que Izapa está ahí, escondiendo en sus entrañas muchos secretos y la verdad por sobre todo, la que cuida con recelos y devela con cariño a sus hijos… ¡los izapeños!
Rojo. La carretera que conduce a Tuxtla Chico, luce triste por la falta de la presencia de banderines multicolores que alegren la vista de la gente moderna, sin embargo la verde vegetación y las ramas de los árboles milenarios se mueven sin cesar en una franca controversia entre la indiferencia y capricho de las autoridades contra la conservación de la cultura y tradición de una civilización que se niega desaparecer y se manifiesta de distintas formas, a veces caprichosas a veces justas.
Denuncias y comentarios: exalbja64@hotmail.com Cel. 962 10 80 934.
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