Mariana Pérez Lazos, comenzó su historia a los 4 años instruyéndose en la danza clásica. Sin pretensiones vanas más que bailar y realizarse en este arte el destino la llevó con la maestra Andrea Trujilo Javier, quien la impulsa inscribiéndola para audicionar ganándose un sitio, una beca en la Joffey Ballet Scholl, de Nueva York, en donde realizará estudios para graduarse como bailarina profesional. Hoy por hoy, El Teatro de la Ciudad de Tapachula, la despide con gloria en su última actuación en el papel estelar de “La Bella Durmiente”, bajo la dirección de la maestra Trujillo Javier…
Por Carlos Morán
Pocas historias pueden contarse sin que el entusiasmo y vigor de la pasión de una joven te pueda contagiar. Ella es Mariana Pérez Lazos, una promesa de la danza clásica que comenzó jugando sin darse cuenta que estaba escribiendo su historia a los 4 años cuando su madre la inscribió a la academia de ballet de la maestra Edith García Arjona, en Tapachula Chiapas.
En esta academia se inicia en el brillante arte de la danza en donde su cuerpo y su alma fueron creciendo armoniosamente juntos sin que nadie se percatara que esta disciplina marcaría un camino a seguir, un talento que no pertenecería a nación alguna sino a la humanidad, como lo es la de un bailarín.
Mariana Pérez Lazos, es una niña hermosa, una mujer sin pretensiones ambiciosas más que bailar, crecer y vivir para el baile, así lo demuestra cuando mueve sus oscuros ojos y sonríe con una bella mezcla de inocencia y picardía natural. En el escenario abre y cierra rápidamente sus delgados brazos de bailarina clásica y deja escapar un suspiro para exclamar que tiene un sueño a seguir, lo confiesa un poco sonrojada pero decidida a abandonar el nido en donde nació para ir tras lo que ama en la vida. Su esbelto y pequeño cuerpo de cisne se ruboriza cuando habla de ello pero la emoción es inevitable esconderla. Su delgada y esbelta figura se tensa y sus ademanes espontáneos demuestran su condición de bailarina, confirmando que está en el camino correcto.
Así, desde pequeña alterna sus clases de ballet en El Ballet Clásico de Tapachula con su formación académica que realiza en el Colegio Cumbres de la Orden de los Legionarios de Cristo, en donde siempre obtiene excelencia académica. Tenía poco más de quince años cuando decide abandonar la academia en donde se inició para ponerse bajo la dirección de la maestra Andrea Trujillo Javier, del Royal Ballet Center, quien se sorprende con su llegada por el grado de avance y porque estaba enterada del talento de Mariana.
Tras haber obtenido las bases de su formación dancística en el Ballet Clásico de Tapachula, continúa su instrucción bajo la tutela de Trujillo Javier, quien en breve comprobó que Mariana es una pieza única, una bailarina de concurso, y decide en mayo del 2012, sin temor alguno y más segura que nunca en darle la oportunidad inscribiéndola en el DEA (Dance Educator of America), siendo noticia nacional al obtener cuatro premios entre las que se anotó la medalla “Tatanium”, máximo galardón de la competencia con calificaciones de 99.80, convirtiéndose a tan corta edad en la primera tapachulteca en ganar un concurso internacional de danza, en donde compitió con más de 500 bailarines. Así mismo recibe una beca a Nueva York, beca que Mariana rechaza para continuar con exámenes pendientes y disfrutar del verano con su familia.
Este concurso comprueba que Mariana tiene aptitudes y gran talento para continuar en el arte de la danza. Este gran salto le dio a su vida un giro de ciento ochenta grados, definiéndole un camino a seguir. La vida de Mariana Pérez Lazos no es fácil, ha culminado el bachillerato y a la vez la música clásica y la danza iluminan su espacio, vive dos papeles; la joven estudiante que cumple con sus responsabilidades en estudios formales y tradicionales en donde una beca de la Universidad Anáhuac la espera, así como la exigencia de un padre que desea que estudie una profesión convencional y la música que invade el otro mundo en donde su cuerpo se convierte en un instrumento de expresión, así que deberá enfrentar y defender su pasión por lo que solicita ayuda a su madre, le confiesa que desea ser bailarina de ballet clásico profesional y que la apoye convenciendo a su padre para que de su consentimiento.
Mariana está enamorada de la danza desde que tiene memoria, para ella es una conexión íntima con el alma difícil de ignorar porque a través de ella encuentra libertad, vive cada actuación desde El Mago de Oz, Coppelia con el papel principal, El Lago de los Cisnes en el papel de Odil, El Cisne Negro, Mirtha de la estupenda obra Giselle, Esmeralda en El Jorobado de Notre Dame y La Bella Durmiente que será su última actuación como alumna de la maestra Andrea Trujillo Javier, quien la impulsó segura e incansablemente para inscribirla a la Joffrey Ballet School, de Nueva York, que viene audicionar a México y en Febrero del 2013, compite con más de 1000 estudiantes de este arte. Por supuesto que se gana un sitio envidiable, una beca para estudiar en Nueva York por espacio de 4 años…
Mariana acude a la audición, era su primera vez y va segura, con la tenue instrucción de la maestra “que no debía emocionarse”, sino simplemente hacer lo que sabía hacer, bailar, y estar preparada para ser o no ser “llamada”., pero que el hecho de estar audicionando era ya un paso valeroso. Los días pasaron y el llamado apareció, Mariana la joven que inició jugando es aceptada para estudiar la carrera de Bailarina Profesional, es la primera mujer tapachulteca, gracias a Andrea Trujillo Javier, que seguirá sus sueños en una residencia en la máxima escuela de ballet del mundo situada en Nueva York, la cuna en donde se instruyen los grandes.
Quien conoce a Mariana desde niña sabe que su vida, sus movimientos y actitudes más cotidianos –tienen un lazo casi inexplicable e indivisible con el ballet- Sus facciones delicadas y su voz aguda solo complementan lo que quiere hacer por el resto de su vida. Así que llegó el momento y apoyada por su madre, hablan con su papá para que le permita seguir su pasión. Lo demás no es fácil de narrar porque abandonar su hogar para crecer y realizarse en el arte que mueve su vida como único motor a seguir, no es tan simple.
Finalmente llegó el momento, Mariana Pérez Lazos es una promesa para todos los que la conocemos, pero sobre todo, es la estrella del Royal Ballet Center, la escuela que descubrió y apoyó su talento para impulsarla a cruzar las fronteras y estar a poco días de comenzar una nueva historia, una instrucción que durará 4 años y que comienza este 19 de agosto
Mariana Pérez Lazos, nunca pensó que una disciplina que inició a los cuatro años, ésta se convertiría en su máxima pasión. Con tan solo 18 años, excelencia academice en el bachillerato, hoy es una de las promesas de la danza clásica, ha sido valuada año con año con la más alta calificación aprobando todos, los 5 grados elementales: Intermediate fundation, Intermediate, Advanced foundation, Advanced 1 y Advanced 2.
Nuestra protagonista de hoy es la primogénita del hogar del Ing. Juan Mauricio Pérez Gutiérrez y Susana Lazos de Pérez. Ha realizado todos sus estudios en el Colegio Cumbres con excelencia académica y su única ambición en la vida es convertirse en bailarina profesional de danza clásica. Es por decirlo más sencillo, un orgullo para todos los chiapanecos, un ejemplo de tenacidad, perseverancia y compromiso, pero sobre todo, la estrella del Royal Ballet Center, que dirige la maestra Andrea Trujillo Javier, con quien Mariana, se identificó desde el primer encuentro venturoso.
Para comentarios escríbeme a morancarlos.escobar@gmail.com
(Todas las fotografías son de Dasha Horita, quien realizó un viaje especial para captar a nuestra protagonista y orgullo chiapaneco. Dasha Horita, es originaria de Tapachula, Chiapas, es, por decirlo, una reconocida fotógrafa de fama internacional que también ha logrado excelentes reconocimientos por su óptica)
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