Por. Rodrigo Ramón Aquino
El estire y afloje al interior del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México de la LXV Legislatura de Chiapas fue más que intenso los recientes días.
Los verdes decidieron —no de manera sencilla, eso es seguro— que el diputado Fernando Castellanos Cal y Mayor, quien recién dejó la presidencia de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, se haga ahora cargo y durante todo un año de la coordinación de su bancada y al mismo tiempo de la titularidad de la presidencia de la Junta de Coordinación Política.
Pero qué ocurrió durante la negociación política que se extendió durante varias horas el 01 de octubre pasado que evitó la ruptura del grupo, choque que más de un opinador pronosticó si se relevaba del cargo de coordinador a Emilio Salazar Farías.
Lo impetuoso y hasta cierto punto comprensible habría sido que Salazar Farías rompiera con las siglas que en apariencia le niegan la posibilidad de seguir trabajando, no sólo por el partido, sino por la eficacia de un poder del Estado que hoy sigue padeciendo de somnolencia.
Declararse diputado independiente, quizá reconciliarse con los panistas y buscar evitar a toda costa repetir amargas experiencias pasadas, en las que vio frustrados sus proyectos políticos y sociales por caprichos externos, seguramente fue tentador, pero también habría sido de una naturaleza egoísta y síntoma de debilidad de carácter.
Por eso no sorprende que tanto Emilio Salazar como Fernando Castellanos hayan privilegiado el diálogo y la unidad de su partido, al que no sólo representan, sino el que hoy tiene la responsabilidad histórica de, por primera vez, gobernar y conducir el rumbo de un estado del país. Tarea que en estas horas aciagas requiere el talento de todos sus miembros.
La larga conversación de búsqueda de acuerdos sostenida por este par de legisladores verdes debió tornarse más de amigos que de rivales políticos para poder privilegiar el interés del partido y del proyecto de gobierno del Ejecutivo por sobre sus sendos y legítimos proyectos personales.
Esperamos, pues, que derivado de este pacto verde, que aspira al menos en la forma a la política de altura, quienes resulten beneficiados a la postre sean los chiapanecos.
Ágora
El secretario general de Gobierno, Eduardo Ramírez Aguilar, recordó que la semana pasada, enviaron una notificación a los maestros paristas para establecer una mesa de diálogo y negociación; sin embargo, los profesores argumentaron que al tratarse de una reforma de carácter federal, el gobierno del estado no tiene ninguna injerencia, lo cual es cierto.
Por lo anterior, el gobierno estatal optó por la aplicación de la ley: descuentos a maestros que no asistieron a clases durante la primera quincena de septiembre. Y para la segunda quincena se dieron las sustituciones laborales, las que al día de hoy suman mil 200.
El diagnóstico preliminar de gobierno es: 40 por ciento del magisterio (unos 28 mil), según el padrón estatal, se encuentra en resistencia, afectando con ello a cerca de 40 mil niños y jóvenes que se encuentran sin clases. El resto, trabaja de manera normal en primarias secundarias y preparatorias.
Cotillo
Resultó chiapaneco y apellida igual que el góber el maestro detenido por las agresiones a policías en el Boulevard Puerto Aéreo en la ciudad de México. El paisano enfrenta una acusación por el delito de homicidio en grado de tentativa. Se trata de Ernesto de Jesús Rea Coello, de 29 años, quien de acuerdo con las investigaciones forma parte de la sección de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Chiapas. A Rea Coello se le relaciona con las lesiones producidas al subinspector Álvaro Sánchez Valdez, del Agrupamiento Relámpago, en observación médica luego de que presentó traumatismo craneoencefálico.
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