Por. Rodrigo Ramón Aquino
En diciembre pasado, el Senado de la República declaró al 2013 como el Año de Belisario Domínguez. Se dijo que los poderes de la Unión, así como los gobiernos de los estados, municipios y congresos locales llevarían a cabo acciones conmemorativas a la vida y obra del senador chiapaneco. Incluso se anunció expedir una moneda conmemorativa del 150 aniversario del natalicio y 100 aniversario luctuoso del doctor comiteco. Todo fue pura boca.
De las cosas que no se hicieron está el “Concurso Nacional de Oratoria, Belisario Domínguez Palencia”, en el que convocarían a los adolescentes y jóvenes de las escuelas secundarias y preparatorias, premiando a los estudiantes que, a través de la palabra, resalten los valores de libertad y democracia a juicio de un jurado de alto nivel.
Tampoco la Secretaría de Educación Pública otorgó la “Beca Belisario Domínguez”, que estaría dirigida a los estudiantes talentosos del nivel medio superior y superior, para realizar intercambios y estancias académicas en el extranjero.
Ni el Ejecutivo Federal autorizó la emisión extraordinaria de estampillas postales conmemorativas y especiales correspondientes al año 2013 con motivo de la celebración “Año 2013, Belisario Domínguez”; mientras que la Lotería Nacional para la Asistencia Pública tampoco emitió billetes de lotería alusivos.
Es lamentable que el resto del país no reconozca la aportación democrática del emblemático Senador chiapaneco. Pero es más lamentable que los que tuvieron la responsabilidad de hacer de don Belisario Domínguez una figura de reconocimiento nacional sean chiapanecos y no hayan hecho más, sobre todo el titular de la Comisión de la Medalla.
Ni modo, ahora sólo hay que esperar otros 100 años para cumplirle al Tío Beli, que este año ni siquiera tuvo el honor de que la medalla que lleva su nombre se entregara este 7 de octubre en su natal Comitán.
Ágora
Previo a la sesión solemne de la LXV Legislatura de Chiapas, donde se conmemoró el Centenario Luctuoso del prócer chiapaneco Belisario Domínguez, allá en su cuna, la antigua Balún Canán, la representación de senadores del Sol Azteca, integrada por Zoé Robledo, Alejandra Barrales y Fidel Demédicis, ofreció una rueda de prensa donde respondieron las dudas respecto a la agenda nacional que impulsa el principal partido de la izquierda mexicana, cuyos temas medulares son la consulta nacional sobre la reforma energética, los rechazos a algunos puntos de la propuesta fiscal y los avances de la propuesta de reforma política, que en breve presentarán.
“La reforma energética del titular del Ejecutivo carece de mecanismos de transparencia para los recursos que se pretenden generar; por lo que en un futuro se podrían utilizar para tapar boquetes fiscales, aumentar la burocracia, consentir empresas y sindicatos, ganar simpatías políticas y electorales, subsidiar la gasolina, y apaciguar gobiernos y gobernadores, como hasta ahora”, afirmaron.
De ahí que la propuesta del PRD, precisaron, plantea una serie de mecanismos de transparencia para el ejercicio y combate a la corrupción, ya que “varias experiencias nos han llevado a que un gobierno con mayores recursos y con poca transparencia es siempre proclive a enmascarar sus errores, a ocultar costos excesivos y la corrupción”.
Respecto a la propuesta de reforma fiscal, como Grupo Parlamentario buscarán modificar el esquema del Impuesto al Valor Agregado (IVA) que plantea la propuesta de Enrique Peña Nieto, pues rechazan el gravamen a las colegiaturas en escuelas privadas, operaciones comerciales con inmuebles y la homologación en la frontera.
"Debe revisarse seriamente el caso del IVA en colegiaturas, así como su incidencia en las clases medias. De la misma forma, evaluar aquellas medidas que afectan al sector vivienda a través de gravar la compra, venta y renta de inmuebles, en un momento crítico para esta industria y medir las repercusiones de homologar el IVA en las fronteras, donde Chiapas se verá fuertemente afectado”, concluyeron.
Cotillo
Si malo es el despilfarro en los informes de gobierno o de actividades legislativas de quien sea, peor aún es el oportunismo político de quienes ven en la inconformidad ciudadana un botín político. Nadie cree el discurso moralista de Willian Ochoa. Así de simple.
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