DIÁLOGO CON EL “GRINCH” QUE TODOS LLEVAMOS DENTRO
Por Ronay González
En estas fechas plenas de emoción, regalos, comida…
- De gastos inútiles, hipócritas apretones de manos y abrazos no deseados, de regalos que nunca usarás o que serán el regalo de intercambio del año siguiente o del próximo cumpleaños.
Pero es que diciembre es un mes para consentirse: un buen vino o una chela fría, fría; un enorme pavo al horno, mole, romeritos, bacalao, ensaladas, ponche…
- Gastritis, kilos de más-más (porque de por sí ya los tienes), el hígado intoxicado por tanto alcohol, resacas (morales y reales).
Siempre hay una fiesta a dónde ir, convives con los amigos, la familia…
- Aunque el resto del año no te acuerdes ni de los unos ni de los otros, y no les invites pero ni un taco.
Es un deleite ver la cara de las señoras cuando sacan su cartera, llenas de luz, como si no tocaran el piso…
- Pues claro, su marido por fin recibe lo que de hecho debería ganar todos los meses para que no anduvieran todos tronándose los dedos.
Hasta las propinas se vuelven dobles, le cooperamos al viejito de la iglesia, a los niños en los cruceros…
- Como si con eso fueran a cambiar su vida, ocuparnos en que recibieran educación, que no fueran explotados, que tuvieran reales oportunidades de trabajo es lo que deberíamos hacer.
Estrenamos ropa, zapatos, en una de esas hasta sala y comedor…
- Claro que el primer pago de enero te va a regresar a la realidad, y te das cuenta que las botas que compraste sólo las vas a usar si algún día cae nieve (con los 30 grados a los que vives prácticamente todo el año), y que la sala ni la usas, nunca estás en tu casa, te la pasas trabajando para pagarla; de la ropa ni hablar porque con todo lo que te comiste, ya no cabes.
Recibimos en nuestra cuenta el aguinaldo, y si corremos con suerte hasta algún bono de lo que sea.
- Mismo que te vas a gastar todito, como si enero no existiera; los productos estarán más caros pero eso no te importa, total, alguno más listo podrá prestarte con altos intereses, o empeñas las argollas matrimoniales. ¿Por qué no mejor inviertes la mayor parte de esos “extras” en pagar deudas o reestructurarlas? Es menos divertido pero más sabio.
El banco también nos felicita y hasta llegan aumentos en nuestra línea de crédito…
- Precisamente para que te emociones y pagues más intereses, cuando deberías festejar guardando ese plástico en una caja que diga: sólo en caso de extrema urgencia, y en caso de que esta se presente hay que vigilar el monto, los intereses y fechas de pago.
Es un buen momento para corregir lo que no se ha hecho bien, replantearse el futuro y tomar las decisiones que sean necesarias para mejorar nuestra calidad de vida, afectiva, económica, social…
- Pareces interior de tarjeta navideña pero es lo más coherente que has dicho en los últimos minutos.
Felicidades a mi madre de Guadalupe en su día.
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