Reunión colosista
Por. Rodrigo Ramón Aquino
En Chiapas, el aniversario luctuoso de Luis Donaldo Colosio dejó de ser priísta. A 20 años de distancia el gran mito en torno al candidato presidencial asesinado va más allá del tricolor, al menos eso se pudo ver ayer en la ceremonia al contabilizar a miembros de todos color y también verde.
La cita era a las 19 horas, pero poco a poco fueron asomando funcionarios y políticos. La cultura de por acá dicta que nada empieza puntualmente.
Desde luego que priístas era lo que más había: por acá un Noé Castañón Ramirez, presidente del Comité Municipal del Partido Revolucionario Institucional en Tuxtla Gutiérrez, fumando un cigarrillo mientras espera el inicio del acto. Allá un Roberto Aquiles, coordinador del grupo parlamentario del PRI en el Congreso Local. Más allá Alfredo Araujo, director del SMAPA y ex presidente del partido en la capital. Todos con la tradicional guayabera blanca. Ahí también están Sergio Lobato y el hijo de Arely Madrid.
Al rato aparece Roberto Albores Gleason, senador de la República y presidente estatal del partido. Viene de gira del interior del estado. Se le ve mucho más delgado, ¿exceso de trabajo, problemas de salud? Quizá sólo cuida la imagen. Se le acercan. Lo saludan. Se toman fotos con él. Le ven futuro, suelen decir los de la fauna política.
Tiene participación, así que se concentra en su discurso, le hace los ajustes que considera pertinentes. Escucha a medias los comentarios que le hacen al oído. Sonríe casi siempre. Sigue leyendo.
Casi inadvertido llega a escena Samuel Toledo, un presidente municipal capitalino que ha recibido más cobijo con los rojos que con los verdes, pero sin que necesariamente lo consideren de casa. De sonrisa nerviosa, él va a en busca de los saludos aliados. Es raro ver a un alcalde capitalino llegando a interrumpir charlas como ocurrió con la sostenida por Noé Castañón y Gleason, pero bueno, peores cosas se han visto.
Cabría mencionar que a este tipo de actos acuden dos tipos de espectadores: los que llegan a aplaudir y los que ven una ocasión como pocas para ver cara a cara a sus funcionarios y representantes y solicitarles atención. Al menos Samuel Toledo se detiene a escuchar a la población y busca que su personal agende los temas. Eso no pude estar para nada mal. La necesidad lo ha llevado a ver a la gente.
Y antes de que aparezca el mandatario Manuel Velasco Coello, caen como nucús el procurador Raciel López Salazar; y los secretarios Ovidio Cortazar Ramos, Bayardo Robles y Diego Valera, de economía, infraestructura y pesca, respectivamente. Les sigue con la representación del congreso, Fernando Castellanos Cal y Mayor, presidente de la Junta de Coordinación Política.
Y ahí viene el gobernador rodeado de gente, abriéndose paso entre apretones de mano, abrazos, fotos. La mayoría son funcionarios de medio pelo que quieren una foto para su oficina y presumirse velasquistas. Los menos son ciudadanos comunes y corrientes que en verdad sólo quieren saludar a quien consideran toda una celebridad.
Su atuendo casual (camisa blanca con detalles en rosa y pantalón de mezclilla) rompe con la formalidad de la guayabera blanca y el pantalón negro. Saluda a lo largo de las filas principales, a los de más allá con la mano al aire. Se acomoda en medio de la primera línea, al lado de Gleason.
Mientras en el templete, Víctor Hugo Ruiz Guillén, secretario de Organización, da la semblanza de Colosio Murrieta, Velasco y Albores cruzan comentarios en los que se asoman risas contenidas. Vuelven a poner atención, pero al rato se dirán otra cosa.
En su turno, RAG parafraseó a Pablo Neruda: Nosotros, los del PRI de entonces, ya no somos los mismos. "Lo que Luis Donaldo Colosio soñó, a los nuevos cuadros tricolores, junto con la sociedad, nos toca hacerlo realidad".
A Manuel Velasco Coello le tocó cerrar las participaciones. La posición del primer priísta del estado tiene siglas ecologistas: "El legado de Colosio es el espíritu de la reforma del poder, que poco a poco hace realidad el presidente Enrique Peña Nieto. Por ello le pido a todos que asumamos la responsabilidad de dar resultados. Dejemos a un lado la indiferencia, vengamos todos a la unidad".
Y ya sabe, un chingo de aplausos.
Ágora
Al concluir el homenaje, el diputado local Noé Castañón Ramírez, amigo personal de Luis Donaldo Colosio hijo, consideró que el homenajeado sentó las bases para un cambio con rumbo y responsabilidad, propio de la generación del cambio que busca la transformación de México.
En entrevista, el presidente del Comité Directivo municipal del PRI en Tuxtla Gutiérrez, recordó a un hombre que se caracterizó por su causas legítimas y generosas, un personaje que pensaba en un mejor México:
“Hoy recordamos a Colosio, impulsor del cambio y transformación del México de hoy, con su ejemplo los priistas debemos emular su herencia, saciar esa hambre de sed y justicia que Donaldo percibió y trabajar cerca de la gente, construyendo cohesión y no división, dándole valor a la política, con sentido social y humano."
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