miércoles, 14 de diciembre de 2011

Semáforo

La cuesta de enero.
Por. Exal Baltazar

Verde. Diciembre el último mes del año, el mes de las fiestas, los novios, agenda su matrimonio para este mes, en que la abundancia de dinero brota en los lugares más inesperados, el licor y la cerveza se reproducen en cada uno de los hogares; las vestimentas compradas en los múltiples negocios de “ropa americana” durante todo el año, son cambiadas por algunas prendas más caras “pero nuevas” que bien valen la pena estrenar en las fiestas. La venta de las cosechas de café, maíz, soya y todos los productos provenientes del campo, son vendidos y comprados por que serán utilizados en los platillos de casas humildes hasta en las grandes residencias de acaudalados empresarios, políticos o herederos. Los más acomodados ¡autos del año! ¡Joyas en oro y piedras preciosas! perfumes de marcas difíciles de pronunciar, pero de un aroma exquisito y de un precio… ¡Qué precio! 
En fin, diciembre por tradición, costumbre o lo que sea, el dinero aparece como por arte de magia, hasta el más pobre viste sus mejores trapos, no importando la procedencia. 

Amarillo. Un largo letargo, que nos sumerge la vasta publicidad que nos bombardea día y noche, y por todos lados. Como si fuera un poema escrito en verso, a partir de septiembre, las fiestas patrias; en octubre, el descubrimiento de América, las noches románticas, para recordarnos el 20 de noviembre con trompetas y tambores que las compras hay que hacerlas para celebrar diciembre. 

Los negocios de ropa de segunda mano, mejor conocidas como “ropa de paca” o “ropa americana” se han incrementado en todo lo largo y ancho del país, sobre todo en nuestro estado, especialmente en ciudades claves como por ejemplo Tapachula. 

Las casas de préstamo, han proliferado en la misma forma como sucede con el cáncer, si en alguna ocasión vimos por los canales abiertos de televisión los grandes reportajes que hacían periodistas en las más famosas casa de empeño del Distrito Federal, en la que aparecían grandes colas de personas cargando desde una plancha, una licuadora, un televisor, alhajas, y todo tipo de cosas valiosas por las cuales pudieran obtener algún dinerito que les ayudara a sobrevivir hasta llegar a recibir su próximo sueldo. Jamás creímos los pueblerinos, los provincianos, que llegaríamos a ser parte de esa pintura de la vida. 

La necedad y vanidad del campesino aunado a la ambición y astucia de algunos funcionarios corruptos aliados con el gobierno en turno, promovieron la adquisición de los vehículos chatarras provenientes de los Estados Unidos, convirtiéndonos en la actualidad, y como se dijo en ese entonces por algunos periodistas críticos, en el gran basurero de los “gringos” y eso es lo que somos en la actualidad ¡México un gran recipiente de basura! Muñecos de peluches, juguetes, carros, bicicletas, ropa, comida, todo, todo un mundo de basura aceptamos en nuestro país. Un país de consumidores, en que el gobierno nos ha llevado a ser esclavos, cuando el mismo ha inventado una ley conocida como “trata de personas” la nueva forma de ver la esclavitud… ¡y la esclavitud del pueblo por el gobierno! ¿Cuándo? 

Las grandes cadenas de supermercados encargadas de vender a como dé lugar, los saldos que en otras tiendas de otros estados no las quieren por que están maltratadas, ya pasaron de moda y para nosotros los chiapanecos… representan… ¡lo mejor! ¡De calidad! 

Mientras tanto PROFECO se ensaña con los pocos comerciantes locales que aun sobreviven, pagando renta, empleados, luz, impuestos, y una serie de gastos que tienen que afrontar con las pocas utilidades, mientras tanto las cadenas de pequeños negocios o grandes consorcios empresariales, pasan inadvertidos con promociones y productos fraudulentos que dañan no solo el bolsillo de los chiapanecos, sino la misma salud. 

Si hace algunos años se conocía a la SHCP como el terrorismo mexicano, ahora es la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) la encargada de perseguir a nuestros comerciantes. De sembrar el terror entre los pocos comerciantes que quedan. ¿En dónde está LPM? ¿Muebles Mexicanos? ¿Almacén de ropa “La central”?, ¿farmacia “Marza”? ¿Farmacia “del Socorro”? ¿Casa Lau? ¿Abarrotes “La fortuna”? ¿Abarrotes “Gigante”? ¿Tendejón “La popular”? ¿”El kilo completo”? ¿Tendejón “Elsa”? 

Ahora los funcionarios de PROFECO, persiguen como perros de caza a los comerciantes de ferreterías, refaccionarias y hasta los vendedores de flores. Mientras los demás, cobardemente son protegidos. 

En donde están las Cámaras que dicen defender los intereses de los patrones, de las empresas, de los negocios, “ahí están, ahí están, viendo pasar el tiempo…como la puerta de Alcalá” se dicen líderes empresariales, cuando representan únicamente a sus interés personales y políticos, ¡porque ya no tienen socios! Firman y firman acuerdos apareciendo en la foto, mientras la economía baja y baja, y los negocios cierran y cierran. 

Rojo. Pero para terminar este comentario, el gobierno acaba de asestar un duro golpe al agro mexicano, al quitar el apoyo al diesel desde el mes de octubre, incrementar el precio de la gasolina, y con esto, la escalada de precios en los productos básicos, así como la inflación, devaluación de la moneda y una serie de calamidades tendremos que afrontar a partir de este mes de diciembre, que quizás no lo sintamos tanto, por el embrujo “natural” de la fecha, pero el despertar en enero será una… $%&/=(/6 y seguiremos siendo más manipulados con programas denigrantes, disfrazados de “abatir la pobreza” cuando esta deja millonarias utilidades a unos cuantos. 



Denuncias y comentarios: exalbja64@hotmail.com Cel. 962 10 80 934.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog