Por. ROGER LAID
Anthony de Mello, con una inteligencia innata expresó: “Un niño negro contemplaba extasiado al vendedor de globos en la feria del pueblo. El pueblo era pequeño y el vendedor había llegado pocos días atrás, por lo tanto no era una persona conocida…. En pocos días la gente se dio cuenta de que era un excelente vendedor ya que usaba una técnica muy singular que lograba captar la atención de niños y grandes.
En un momento soltó un globo rojo y toda la gente, especialmente los potenciales, pequeños clientes, miraron como el globo remontaba vuelo hacia el cielo. Luego soltó un globo azul, después uno verde, después uno amarillo, uno blanco…
Todos ellos remontaron vuelo al igual que el globo rojo…
El niño negro, sin embargo, miraba fijamente sin desviar su atención a un globo negro que aún sostenía el vendedor en su mano. Finalmente decidió acercarse y le preguntó al vendedor: Señor, si soltara usted el globo negro, ¿Subiría tan alto como los demás?
El vendedor sonrió comprensivamente al niño, soltó el cordel con que tenía sujeto el globo negro y, mientras éste se elevaba hacia lo alto, dijo: No es el color lo que lo hace subir, hijo… es lo que hay adentro”
La moraleja es que a los hombres pueden elevarse tan alto como quieran y es por lo que llevan dentro, y ¿que son? sino los valores, los que nos conducen a nuestra realización moral, ética, personal y social.
Sin embargo, los políticos se han olvidado que son parte medular de la paz y el proyecto de desarrollo, los vemos inflados -como los globos- en campaña y ya sentados en el poder se desinflan ante nosotros.
Diputados federales, locales y presidentes municipales se han desinflado y están mas en la búsqueda de quien les ayuden en cuenta pubblica, el caso de diputados, mas preocupados en apoyar a su candidato, diputados locales como Samuel Chacón del PRI quien lejos de ser un representante popular es un verdadero representante pero de sus propios intereses, al igual que el panista Bernardo Thomas Gutu del PAN ellos están en un barco que no es el de sus partido.
Lo que hay dentro de los políticos, no es lo mismo que tienen los globos del vendedor para poder elevarse y convertirse en una figura que la sociedad admire.
En Chiapas los partidos políticos deberian tener la obligación de ser figuras admiradas, por el contrario, se han convertido en figuras repudiadas por mantenerse huecos en propuestas a la sociedad cuando los candidatos son "impuestos" por la partidocracia.
No caigamos bajo el engaño por quienes solo nos ofrecen rollos y alianzas que aun no se han dado y ya hasta lo celebran, hay quienes buscan representarnos sin que ellos tengan definido su labor cuando solo nos engañan para obtener el voto ¿un voto sufragado bajo engaño es un alfiler en el costado para un candidato?
CONTRAPUNTO
La figura política del diputado 41 es una propuesta verdaderamente importante que promueve el interés en favor de los que viven atrás del charco, el congresista se convertirá en enlace y gestor, ofreciendo seguridad política y social al momento de sufragar el voto del connacional, quizá algunos la puedan llamar descabellada, y hasta una propuesta poco promovida, sin embargo poco han leído y analizado de la importancia aquellos que levantan la voz con la intención de poner alguna "traba".
La figura del diputado 41 es una verdadera oportunidad en favor de connacionales y el gobernador Sabines Guerrero sabe de ello y le apuesta en buena forma.
"Laicito el burguesillo"
La tarde languidecía y con la puesta del sol llegaron Laicito y sus amigos al café del centro en donde además de el más exquisito café y el más suculento pan, se disfrutaba la más grata charla. Como buenos periodistas eran mejores pa’ vola las mejores mentiras; después de hacer juegos malabares con el humo de su cigarrillo, con un tono lleno de solemnidad uno de ellos dice:
— Hoy he tomado una gran decisión en mi vida: ¡Voy a comprar las tiendas Sam´s!
— Yo -dice el segundo- ¡voy a comprar la compañía Honda y la Nissan!
— Yo -dice el tercero- ¡comprare todas las tiendas Walmart!
El resto de los acompañantes en la mesa, se quedan esperando lo que Laicito dirá. Este pausadamente le da un trago a su chocolatito y, mirándolos a los ojos tajantemente les dice:
— ¡Le dire a mi papa que no les venda nada cabrones!
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