sábado, 26 de noviembre de 2011

Semáforo

Donar o no donar nuestros órganos: la disyuntiva.
Por. Exal Baltazar
Verde. La donación de órganos no es algo actual, sino que data desde el año 700 a. C. los primeros trasplantes se dieron con los indios pobladores de la India, estos utilizaban el trasplante de piel de los glúteos, con el objeto de reconstruir la nariz y el pabellón de la oreja.

La leyenda a de los santos Cosme y Damián constituye la primera ideas de trasplante de donante cadavérico con finalidad terapéutica, los santos amputaron la pierna de un gladiador etíope muerto para reemplazar la pierna gangrenosa de Justiniano. En el siglo XVL, el médico italiano Gasparo Tagliacosi, se hizo famoso al elaborar una técnica para reconstruir la nariz en la que utilizaron un edjago cutáneo de la parte interna del brazo. Durante los siglos XVLL y XLX se realizaron por primera vez, con éxito un trasplante de piel de personas muertas.
En forma paralela a los trabajadores de Kamel Murphy, en 1914, observó la presencia de infiltrados linfocitarios que sufrían rechazo de huésped. Esto apoyo a los trabajos de Gorer para establecer las bases del sistema genético de histocompatibilidad en 1937.

La época propiamente de la donación de órganos empieza en el siglo XX. En este siglo existe un crecimiento de los trasplantes, gracias al surgimiento de nuevas técnicas quirúrgicas que tienden a mejorar la calidad de vida en la preservación de órganos Invitro logrando así mejorar la calidad de vida de los enfermos.

Amarillo. Uno de los grupos que se creía pudieran ser los principales opositores de la donación de órganos fueron las iglesias. Las controversias morales relacionadas con la donación de órganos y las opiniones de los líderes religiosos se remontan sólo a la década de los años 50 del siglo XX, aunque alcanzaron su máximo nivel cuando el cirujano Christian Barnard realizó el primer trasplante de corazón en 1967.

Lógicamente los textos sagrados de las principales y más antiguas religiones nunca podían imaginar que la donación de órganos para trasplantes alcanzara el desarrollo actual. Por ello, son los líderes religiosos en las últimas cuatro décadas los que han interpretado sus sagradas escrituras, reconociendo la mayoría, que la donación y los trasplantes no contravienen en absoluto el espíritu de sus reglas y mandamientos.

Recientemente en México, el congreso aprobó una reforma legal que convierte a todos los mexicanos en donantes de órganos de forma tácita, salvo que expresamente en vida hayan manifestado por escrito su oposición, informó la oficina de prensa.

La reforma a la Ley General de Salud, aprobada previamente por la Cámara de Diputados, recibió 88 votos a favor y ninguno en contra en el Senado y será enviada al poder Ejecutivo para su publicación.

Con la reforma, los legisladores esperan que se cubra el déficit de órganos necesarios para trasplantes. Unos 15,170 mexicanos están a la espera de un trasplante y, por la falta de donantes, este año sólo se han podido realizar poco más de 3.000, la mayoría de riñón.

La reforma "establece que a las personas que en vida no hayan manifestado su negativa a que sus órganos sean utilizados para trasplantes, se aplique el consentimiento tácito siempre y cuando éste sea avalado por algún familiar del donante", detalla el comunicado del legislativo.

Cuando no se localice a los familiares del fallecido, se desconozca su identidad o se trate de una persona presuntamente relacionada con una investigación criminal, el ministerio público (fiscalía) se hará cargo de la donación.

Con esta medida podría quedar anulada la forma en que se lleva a cabo en la actualidad la donación de órganos, el cual debe ser aprobada por la persona en vida mediante la firma de una serie de documentos.

Rojo. Según la Consulta Mitofsky, “desde hace años autoridades y organizaciones ciudadanas han buscado concientizar a los mexicanos sobre la importancia de la donación de órganos como instrumento de apoyo a una política integral de salud pública; en esta ocasión preguntamos a los ciudadanos para conocer qué tanto ha permeado esa cultura.

Uno de cada 9 mexicanos han sido beneficiario, él o su familia, de un trasplante de sangre; y solamente 1% ha vivido en su familia una donación de órgano; ya sea por recibirlo o por donarlo, ambos porcentajes son similares.

Quienes más reportan haber estado beneficiados por trasplantes de sangre o de órganos son los ciudadanos de estrato socioeconómico alto, en zonas urbanas y en el centro del país.

6 de cada 10 personas dicen estar dispuestas a donar órganos para que al morir sean trasplantados y 56% a donarlos aún estando en vida.

La propensión a donar sangre y órganos es similar por sexo, aunque a mayor nivel escolar y económico crecen las respuestas positivas, lo que se observa también en la región Bajío del país.

El 36% de los ciudadanos no saben el tipo de sangre que tiene, porcentaje que llega a 55% en los niveles económicos bajos”.

Denuncias y comentarios: exalbja64@hotmail.com Cel. 962 10 80 934.

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