Migración: Problemática de estado
Por Carlos Z. Cadena
El problema de la migración centroamericana y la de otros países como China y Pakistán, que ingresan ilegalmente en nuestro territorio geográfico, siempre ha existido en nuestro país, desde hace décadas convirtiéndose Chiapas, en la entidad federativa por donde mayormente cruzan estos éxodos poblacionales cuya meta de transito es llegar a los Estados Unidos, para convertir en realidad “el sueño verde” de seres humanos, que ven en el país del norte -USA- la oportunidad de oro para una mejor subsistencia humana, dada la condición de pobreza que se vive en la mayoría de los países de Centroamérica. Los chinos, Pakistaníes y de otras nacionalidades buscan llegar a Centroamérica precisamente para involucrarse con los éxodos centroamericanos y desapercibidamente poder acceder más fácilmente llegar algún día a los Estados Unidos.
Son fenómenos que siempre han existido en esta frontera sur de México, lo nuevo que no existía es precisamente la criminalidad que se ha proyectado contra los grupos de migrantes de Centroamérica, en su largo tránsito nacional desde Chiapas hasta las entidades federativas colindantes con los Estados Unidos. Es innegable en la actualidad que grupos de centroamericanos han pasado las peores viacrucis donde ahora son atacados por los grupos delincuenciales que se encuentran a lo largo y ancho del país, al grado de eliminarlos en masa.
Lamentablemente antes eran los diversos cuerpos policiacos federales, estatales o municipales de las entidades federativas y de México, quienes se ensañaban con los migrantes centroamericanos, donde las extorsiones, despojos y violaciones era lo más sobresaliente y algunos ataques de pequeñas bandas delictivas que también fueron los verdugos por muchos años de los centroamericanos. Sin embargo la novedad ahora es que los grupos organizados de criminales se han enfocado a secuestrar y asesinar a los migrantes que van pensando en el sueño americano, vía tránsito de México, cómo país.
Afortunadamente en Chiapas, no solamente ha sido una entidad federativa donde el índice de violencia en contra de los migrantes se ha rebajado considerablemente, sino que ha existido en los ´últimos años, un apoyo gubernamental en muchos servicios públicos para apoyar a la gente que proviene de Centroamérica, sobre todo de tres países, Guatemala, Honduras y el Salvador. Algo inédito en la historia de la función pública de Chiapas, con el gobernador Sabines, de solidarizarse con esos núcleos de personas centroamericanos que cruzan Chiapas, para trasladarse a los Estados Unidos.
Por eso no, nos debe de asustar que se detengan 500 migrantes centroamericanos, o que se detengan decenas de mujeres que se prostituyen, lo que nos debe de preocupar es que el gobierno federal del Presidente Felipe Calderón, redoble los esfuerzos y apoye con grande presupuestos la humanización de su frontera sur, especialmente Chiapas, donde no deja de ser una “vergüenza nacional” las oficinas públicas federales que se encuentran en Talismán o Ciudad Hidalgo, que verdaderamente ofenden a los mexicanos y más a los hermanos centroamericanos, ya que muchas de ellas –llámense oficinas de migración, aduanas, etc.- dan testimonio dela marginación en contra de esta frontera mexicana, ya que hay oficinas federales que dejan un amargo sabor de boca con sus olores nauseabundos y hasta cuarteaduras en sus paredes.
Que se entienda que esta frontera Sur, no es la imagen de Chiapas, es la imagen de México ante Centroamérica, y si las oficinas se encuentran completamente malolientes y deterioradas, es obvio que el servicio público federal, sea de pésima calidad, traslucido en corrupción y podredumbre. La modernización no ha llegado del todo, ni siquiera a las oficinas federales de esta frontera sur, mucho menos a sus carreteras, centros de salud o instituciones donde mucho tenga que ver las relaciones internacionales de un país. Esta es otra fotografía del completo abandono de la federación hacia el sur del país.
México requiere verdaderamente de una sacudida nacional pero inyectándole mayores presupuestos a su frontera sur. Es infantil que se erradique las migraciones centroamericanas, fenómeno que dispara la trata de blancas y los demás escenarios que arrastra un éxodo, desde el sur hasta el norte. Se requiere –definitivamente- de mayores políticas públicas en beneficio de esta puerta mexicana.
El Presidente Calderón, en un debate que tuvo con sus opositores cuando buscaba la Presidencia de la República, se comprometió a buscar un desarrollo integral en favor de la frontera sur, y lo más triste es que lo único que tenemos es una “carretera mocha” de cuatro carriles que une a México con Guatemala, ya para que hablar de modernidad de la infraestructura federal en Talismán o Suchiate, mucho menos en Ciudad Cuauhtémoc.
Es más una asta gigante para una bandera nacional, que se supone nos da identidad nacional, en una entrada fronteriza, se había prometido desde el año pasado y fue apenas hace unos días que se concretó en el polo fronterizo de Talismán; se hizo primero la de Tuxtla Gutiérrez, que no es frontera, y se dejó al vacío del tiempo, la de Talismán.
¿Habrá que preguntar qué significa una bandera nacional, para hacer de ella turismo alternativo o que nos de identidad nacional?. Si en eso se falla, y se hace política aldeana, es que de verdad estamos completamente desnacionalizados.
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