Por. Romeo Ortega López
Hay en el mundo cerca de 100 millones de personas que son vagabundos, revelan estudios realizados por la ONU. Vagabundos son aquellas personas desaliñadas, sin domicilio, mendigan la caridad pública o desempeñan esporádicos trabajos que les proporcionen algún dinero más para beber que para comer, cargan bultos, barren alguna banqueta, para luego esfumarse y aparecer otras vez en distintas áreas citadinas o pueblerinas.
Estos indigentes tienen en todo el mundo tasas mucho más elevadas de infección por tuberculosis, virus de inmunodeficiencia humana y hepatitis C y hasta podrían provocar epidemias comunitarias muy costosas para el gobierno en el rubro de la salud.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford comandados por Seena Fazel, analizaron más de 40 trabajos de investigación sobre niveles de VIH, hepatitis C y Tuberculosis entre personas sin hogar en un lapso comprendido entre 1984 y 2012. Sostienen que "las enfermedades causadas por gérmenes en los vagabundos pueden conducir a infecciones de la comunidad y están asociadas con la desnutrición, largos períodos de falta de vivienda y de servicios médicos".
Encontraron que en los Estados Unidos las tasas de tuberculosis eran 46 veces más altas en los vagabundos que en la población en general y el predominio de la infección por hepatitis C viral era más de cuatro veces superior.
En la Gran Bretaña las tasas de tuberculosis eran 34 veces más altas entre los indigentes y la infección por hepatitis 50 veces más alta. Los resultados del estudio sugieren, de acuerdo con el criterio de la investigadora, que la mejor forma de luchar contra estas enfermedades contagiosas era centrarse en las personas sin hogar como uno de los grupos en mayor riesgo. "Debido a que el número de vagabundos es elevado en algunos países, las mejoras en su atención podrían tener efectos significativos en la salud pública".
Se estima que en los Estados Unidos hay 650 mil indigentes y en el Reino Unido 380 mil. Los investigadores dijeron que centraron su estudio en el VIH, la hepatitis C y la tuberculosis porque son las infecciones con mayor profundidad entre la población sin hogar, sin dejar de lado que los vagabundos también tienen tasas altas en otras enfermedades contagiosas como la hepatitis A y B, la difteria y problemas en los pies e infecciones en la piel. La investigación incluyó a países como Francia, India, Suecia, Irlanda y Brasil, pero no México.
Por lo tanto, por experiencia propia, debemos concluir que México también tiene una alta cuota de vagabundos, mucho mayor que la que tienen Estados Unidos e Inglaterra.
Esos vagabundos están concentraos en mayor o menor medida en los estados del país y tienen que representar un riesgo para la salud pública porque se les trata como parias, como seres olvidados sin derecho a nada.
Chiapas aporta su cuota de vagabundos con diversos matices, son menesterosos que deambulan en los pueblos y las ciudades solos o acompañaos. Está convertidos en piltrafas humanas a los que no alienta la más leve aspiración, ellos sí: viven de milagro mueren de inanición.
Se les encuentra en las estaciones ferroviarias, en inmuebles abandonados, pernoctan donde pueden y se alimentan con miserias que recogen en la basura o en los desperdicios de los mercados. También la caridad pública de algún ser piadoso va en auxilio de ellos. Muchos viven en grutas o bajo un puente, son los famosos teporochos que toman todos los días bebidas embriagantes de pésima calidad.
En cuanto se trata de un problema de salud pública con capacidad para contagiar a una comunidad entera, la Secretaría de Salud tiene allí un reto inherente a sus funciones. El dejar a los vagabundos a su suerte, es exponer a fatales enfermedades a la población sana por esto se deben tomar las prevenciones de rigor, porque el llamado de alerta proviene de destacados investigadores de una de las mejores Universidades del mundo.
Si de acuerdo con la ONU hay cien millones de vagabundos en el mundo ¿cuál es en proporción la cuota que le toca a Chiapas? Como mexicanos tienen derecho a la salud, ellos jamás van a reclamar este derecho porque le han perdido el amor a todo, aún a la vida. La Secretaría d Salud tiene que implementar estrategias más a favor de la población sana que de los vagabundos que serán siempre un peligro latente para la salud pública. No habíamos reparado en ello, hasta que Oxford puso el dedo en la llaga.
COLOFÓN.- El ejido Venustiano Carranza del municipio de Altamirano, exige que se termine la obra de introducción de agua en el ejido que desde el 2009 debió concluirse pero no ha sido así, la obra ha quedado inconclusa por lo que advierten que si no se cumple con esta obra tan vital para ellos, tomarán en represalia la presidencia municipal. Del mismo pie cojean muchos alcaldes que ya se van, dejan obras inconclusas para que sea el que viene quien las termine, pero el que viene no tiene el menor interés en concluir obras ajenas porque tiene su propio programa de acción. Estos caos se repiten una y otra vez en las administraciones municipales y hasta ahora no se ha encontrado la forma de hacer que los alcaldes cumplan y que se obliguen a no dejar una sola obra a medias. Así como este ejido, hay otras comunidades que reclaman lo mismo sin percatarse de que bordan en el vacío.
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