* Importante cerrar paso a las especulaciones y esclarecer las causas de estallido de PEMEX
* Fernando Castro Trenti, Candidato del PRI, a la Gubernatura de Baja California
Por. Alberto Carbot
Los mexicanos solemos ser aficionados a la fantapolítica y las teorías de la conspiración. Sin embargo, no podemos dejar en manos de improvisados o adictos a estas tesis, la investigación del estallido del pasado jueves 31 de enero, porque simple y sencillamente es un asunto serio que debe ser esclarecido totalmente. El número de muertos (37) es demasiado alto como para dejarlo todo al libre juego de la imaginación.
La hipótesis de un atentado contra el complejo de edificios emblemáticos de la poderosa empresa petrolera mexicana fue planteada desde el principio por la prensa local e inclusive no faltó quien la comparara con el ataque contra la mutual judía argentina AMIA, que hasta ahora por cierto, no se ha esclarecido y que arrojó 85 muertos en 1994 o contra el edificio de Oklahoma City en 1995, cometido por Timothy McVeigh, que dejó 168 víctimas e inclusive el registrado en Oslo en 2011 que provocó 76 fallecidos.
Todos ellos tienen como común denominador una cosa: en ellos se usó como explosivo el nitrato de amonio, componente principal del explosivo C-4. Los genios de la manipulación y algunas publicaciones amantes de los cuentos policiacos hablaron ya de la posible presencia de este explosivo entre los escombros.
No obstante, todos los funcionarios, desde el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong y Procurador General de la República Jesús Murillo Karam, así como el director general de PEMEX, Emilio Lozoya Austin, han pedido no especular con el origen de la explosión en el edificio B2 de la Torre Pemex. Algunos hasta se han referido a la posibilidad de que esté involucrado en la explosión el cártel de Los Zetas.
El procurador Murillo Karam dijo que la explosión del jueves pasado se debió a la acumulación de gas de origen desconocido, en el sótano 2 del edificio afectado. “Averiguar si alguien puede acumularlo o si sucedió de alguna otra forma o se accidentó, es tarea de una investigación que vamos a hacer”, expuso. Y luego descartó la hipótesis del uso de explosivos por la inexistencia de un cráter definido o de alguna fractura de vigas de acero.
Hay que recordar que no es la primera vez que instalaciones de PEMEX registran explosiones, tanto por acciones propagandísticas de corte político -como las que llevó a cabo el 10 de julio de 2007 el denominado Ejército Popular Revolucionario, quien lanzó varios bombazos que afortunadamente no dejaron víctimas en ductos en Veracruz, Querétaro y Guanajuato-, como por meros actos delincuenciales, la mayoría.
Por ejemplo, el 19 de diciembre de 2010, por robo de combustible, explotó un oleoducto en San Martín Texmelucan, Puebla, que dejó 30 muertos y medio centenar de heridos.
Entre las versiones que se han manejado se habla de que en el caso del edificio de Pemex se produjo una especie de “implosión” provocada por el estallido de gas halón, que se empleaba contra incendios en la época en que se construyó (hace 28 años) el conjunto de la Torre Pemex. El gas dejó de emplearse porque destruye la capa de ozono, pero se ignora la causa por la cual siguieron ahí los tanques en el edificio.
No obstante, el responsable de la seguridad de todas las instalaciones y personal de Pemex, el general León Trauwitz -designado por Enrique Peña Nieto luego de que aspiró a ocupar el cargo de jefe del Estado Mayor Presidencial-, no dio hasta ahora alguna explicación del estallido.
Lo cierto es que los daños fueron cuantiosos pues la planta baja, el sótano y entrepiso del inmueble aledaño a la emblemática Torre quedaron reducidos a escombros.
La revista Proceso informó que participantes en las investigaciones sostienen la idea de un atentado y dijo que expertos consultados refirieron el hallazgo de rastros de explosivo C4, una potente carga formada por explosivo químico y un aglomerante plástico que es de uso militar y ha sido empleado en varios atentados terroristas.
Agregó la publicación que peritos en explosivos del Ejército y de la Marina recogieron los restos del material y lo llevaron al Campo Militar número 1, donde confirmaron que es C-4.
LA FANTASÍA POPULAR Y PERIODÍSTICA SOBRE EL ESTALLIDO
Según las versiones, se trató de “un atentado urdido por Los Zetas”, una organización criminal que se integró con militares desertores del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales, Grupo Anfibio de Fuerzas Especiales y de la Brigada de Fusileros Paracaidistas del Ejército.
Hay que recordar que esos cuerpos de élite fueron creadas en 1994 tras con la insurrección zapatista en Chiapas y entrenadas por la CIA de Estados Unidos, comandos de asesoría militar de la Sayeret Matkal israelí y de la GIGN francesa.
Otras interpretaciones recuerdan que el edificio B2 del complejo central de PEMEX fue devastado por un incendio el 6 de septiembre de 1982, y no falta quien diga que la explosión del jueves pasado tendría que ver con la idea de eliminar pruebas de una auditoría practicada contra Pemex.
La versión mueve a numerosas dudas porque hoy en día no es como antes, en que los archivos eran únicos, y hoy muchos de los informes contables son respaldados en servidores de la propia empresa que están físicamente en otras zonas porque se suben a una red o bien se llevan a la “nube”, que es administrada por empresas internacionales.
Obviamente, debe ser sumamente difícil aceptar que se hubiese producido un acto terrorista en uno de los edificios más vigilados del país y en una instalación estratégica que debería ser resguardada de la manera más rígida y con las medidas más estrictas, pero los mexicanos esperamos que se nos diga la verdad, por cruda que parezca.
Más vale que haya críticas por los errores y fallas en la seguridad a que se abra la puerta a más especulaciones. Las autoridades deben establecer con absoluta claridad el origen de lo que sucedió.
No queda más que esperar que el gobierno del presidente Peña Nieto ponga la muestra en lo que se refiere al tema de transparencia e informe puntualmente las causas del desafortunado siniestro, para que no quede la menor duda sobre lo que pudo ocasionarlo. Los hechos, por encima de la política. Eso es lo que exigen los mexicanos. Ni más, ni menos.
GRANOS DE CAFÉ
… Fernando Castro Trenti será el candidato del PRI a la gubernatura de Baja California, en las elecciones del próximo 7 de julio, en las que el tricolor espera recuperar el estado que desde hace 23 años ha estado en manos panistas, dejando en el camino a Jorge Hank Rhon, quien también fue mencionado insistentemente como candidato para abanderar al PRI.
El ex diputado Castro Trenti, ha representado al gobierno federal en tierras bajacalifornianas durante varios años en los que ha fungido como Delegado de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO); de la Secretaría de Pesca; de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT); y de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA).
Entre 2000 y 2004, presidió el Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Baja California, al tiempo que. Se desempeñaba como diputado local en la XVII legislatura del Congreso de Baja California. En 2006 fue electo Senador en la LX legislatura, donde desempeñó labores como Presidente de la Comisión de Asuntos Legislativos; y como integrante de las Comisiones de Administración, Justicia y Radio, Televisión y Cinematografía y seis años más tarde, el hoy candidato rindió protesta como diputado federal.
Además de la gubernatura, se disputarán en Baja California 25 diputaciones locales y 5 ayuntamientos. En otros 13 estados habrá también elecciones locales en las que estarán en juego en total, 441 diputaciones y mil 739 presidencias municipales…
… La Ley de Austeridad que promulgó el presidente Enrique Peña Nieto dista mucho de ser pareja para los distintos poderes de la Federación, ya que mientras la Secretaría de Hacienda rechazó apoyar a estados y municipios con la amortización de su deuda pública -lo que, en el caso de Chiapas, llevó a 69 ayuntamientos a declararse en quiebra-, el Senado de la República emitió una licitación para comprar casi 600 pantallas Led para las 578 oficinas de los 128 legisladores, incluidas las Comisiones ordinarias y especiales, lo que representa una erogación de más de 5 millones de pesos y todo para que senadores y sus empleados vean la televisión en alta definición.
De acuerdo con la licitación, se trata de comprar por cada senador (128) un televisor de 32 pulgadas, con una resolución mínima de 720p, además de proveer de ese equipo a las oficinas de las 30 Comisiones ordinarias, cada una con 15 senadores, lo que sumaría 578 aparatos a los que habría que sumar los que se destinen a las oficinas de las Comisiones Especiales.
Naturalmente que ese gasto, injustificado desde cualquier ángulo, saldrá del presupuesto de la Cámara alta, el cual se obtiene de los impuestos que pagamos los cerca de 115 millones de mexicanos radicados en territorio nacional, de los que 50 millones viven en la pobreza y de ellos 20 millones sobreviven en la miseria.
Tristemente esa realidad sólo conduele a los legisladores en actos públicos donde expresan su preocupación por la inequidad en la distribución de la riqueza que existe en México, ya que en lo particular ninguno de ellos está dispuesto a reducir su dieta, ni a realizar sacrificio alguno para generar ahorros al gasto público.
Y cuando hablamos de dieta no solamente nos referimos al salario que devengan por su “arduo” trabajo como representantes de los mexicanos, sino también de la comida que consumen y cuyo costo ha alcanzado niveles de escándalo. Por ejemplo, al cierre del 2012 la Cámara Alta gastó 40 millones 960 mil 100 pesos en la compra de productos alimenticios para los senadores. Para colmo antes de que terminara la LXI Legislatura los senadores se dieron el lujo de gastar más de 1 millón en consumo de alimentos.
De acuerdo con un reporte oficial de contratos de la Cámara alta, correspondiente a julio-septiembre 2012, los senadores dispusieron de 4.2 millones de pesos para contratos a proveedores de pescados, mariscos, frutas, legumbres, cremería y salchichonería, entre otros, para solventar sus necesidades alimentarias
En la nueva sede, el salón de plenos cuenta con un apartado VIP al que sólo pueden acceder senadores, sus asesores y funcionarios de primer nivel, donde se sirven todo tipo de alimentos gourmet.
Y por si todo ello fuera poco, el Senado entregó a cada uno de los 128 legisladores un cuarto de millón de pesos para la adquisición de un automóvil, medida representó una erogación de 32 millones de pesos para la Cámara alta, que depositó el dinero a los legisladores durante el mes de septiembre de 2012… Así, ¿quién no aspira a convertirse en legislador?...
…Sus comentarios envíelos vía internet a la dirección gentesur@hotmail.com
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