El Sabinato y su holocausto económico
Por Carlos Z. Cadena
Evidentemente que el caso de Tabasco con el saqueo del exgobernador Andrés Granier Melo, cuya deuda casi llega a los 23 mil millones de pesos, no tiene nada de comparación con el desvalijamiento y depredación que hizo en Chiapas el exgobernador Juan Sabines Guerrero, quien aparte de endeudar a la entidad con casi 40 mil millones de pesos, construyó toda una comedia de ciencia ficción con proyectos sexenales como el “Biodiesel de Chiapas”, “Ciudades Rurales”, “Construcción de tres aulas cada hora en Chiapas”, “Cobertura total de salud en Chiapas”, “Chiapas el estado con mayor generación de empleos”, “Inversión histórica de obra pública para los 16 municipios más pobres de Chiapas”, y así podríamos seguir enumerando proyectos enfermizos de Sabines que nunca se cumplieron y en otros resultó ser una farsa bien maquillada donde presuntamente se invirtieron miles de millones de pesos, pero que nunca aterrizaron y sin duda fueron a parar a los bolsillos de los funcionarios del Sabinato.
Sin embargo lo que más duele y ofende al pueblo chiapaneco es que en todo esa tragedia financiera en que se dejó a Chiapas, se haya prestado la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través del quien fuera su residente en México, el Español Magdy Martínez Solimán, quien junto con Juan Sabines, utilizaron la cantaleta y el ruido perverso de que “La Constitución de Chiapas, es la primera del mundo” en incluir a < A los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU> y que por eso los grandes presupuestos estatales fueron para la pobreza en Chiapas y con el engaño de que fueron a parar a los 16 municipios más pobres de la geografía estatal.
Sólo faltó que Juan Sabines incluyera con letras de bronce el nombre del fatídico Martínez Solimán, en el Congreso del Estado, al que mancilló y pisoteo en todo el sexenio el exgobernador, imponiéndole toda una serie de nombres que algunos podrán contar con los méritos suficientes, pero otros sencillamente deberían estar en cualquier otro lugar menos en el Congreso del Estado, pero en el fondo lo que se pretendió se le cumplió, que fue imponer el apellido Sabines en los muros del poder legislativo con la inclusión de su padre no biológico Juan Sabines Gutiérrez y la de su tío el poeta Jaime de los mismos apellidos. En toda esta batición de incluir nombres logró su cometido también.
Por eso el exgobernador de Tabasco Andrés Granier Melo, se queda como en forma de “charalito”, ante el escenario grotesco de engaños corrupción y pillerías del exgobernador tiburón Juan Sabines de Chiapas. Por eso cada día se alzan las voces de organismos, colegios, asociaciones civiles, Partidos políticos, fuerzas progresistas y chiapanecos en general para que el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, instruya la investigaciones pertinentes para conocer a ciencia cierta que ocurrió en Chiapas con los recursos públicos que ahora tienen sumido a la entidad en la geografía mexicana más atrasada, pobre y endeudada del país, prácticamente estamos viviendo los chiapanecos en un “holocausto financiero” por culpa de un Hitler de pacotilla que barrió con todo, donde el gobierno Velascorcista actual ha sorteado con madurez e inteligencia los sinsabores de la inmolación social en que nos dejó el Sabinato y su holocausto económico.
Llegó tanta la farsa de Sabines que hasta el propio titular de la ONU, el Coreano Ban Kin Moon, fue engañado como a un niño que le regalan un dulce, cuando se montó aquella faramalla internacional de que somos los pioneros en México en biodiesel de autobuses y biocombustible en aviones que se celebraron ambos acontecimientos con bombos y platillos y con publicidad a nivel internacional, el primero con los Conejobus y Tapachultecobus que se presentaron en Cancún en un foro mundial y que uno de los automotores fue manejado por el propio Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, y el otro acontecimiento de un vuelo con biocombustible que se hizo desde la ciudad de México a Tuxtla Gutiérrez, ambos escenarios con biocombustible procedente de la semilla de la planta de Jatropha y el sello “Made in Chiapas”. Fue un engaño no estatal ni nacional, sino mundial.
Andrés Granier, es un diminuto charalito ante el tiburón Juan Sabines, pero lo que más duele fue que fueron un engaño los grande proyectos que se anunciaron en el sexenio pasado, lo que obliga a pensar que aparte de los 40 mil millones de pesos, habrá que sumar cuánto costó esos proyectos empezando con la planta de Biodiesel de Chiapas instalada en “Puerto Chiapas” y que hoy luce enmontada y en donde mucho tiene que ver un nombre maestro del disfraz y del chanchullo que desapareció por mucho tiempo pero que ya regreso al estado. Su nombre: Salim Rodríguez Salomón, quien fue titular del Instituto de Reconversión Productiva y Biodiesel (IRBIO), creada como una gran alternativa para la economía del campo chiapaneco en el sexenio pasado, y que tiene mucho que decir sobre el caso del Biodiesel de Chiapas.
¿Pero cómo olvidar el pasado si dejaron con penurias y privaciones el presente de los chiapanecos?, y decimos esto porque en sus cotidianos mensajes electrónicos el exdiputado local del PAN, Carlos Avendaño Nagaya, no hay día en que señale que es necesario que olvidemos el pasado, porque ya está muerto y enterrado y que debemos de encaminarnos nuestra vida hacia el futuro, porque que ofrece un cúmulo de posibilidades y nos receta siempre un párrafo de la Biblia.
Avendaño Nagaya es un consumado Sabinista del grupo de los hermanos Gamboa. Sabines y su “herencia maldita” mueve aún molinos de vientos.
PD: Otro nuevo hit se anotó la Procuraduría de Justicia en Tapachula, cuando detuvieron a tres sujetos como probables responsables de los delitos de Privación ilegal de la libertad y Homicidio, luego de que fueran detenidos por efectivos del grupo interinstitucional. Al menos cuatro homicidios ha esclarecido la institución en el último mes de lo que habla bien la labor de investigación. Por eso la ratificación del Procurador Raciel López Salazar.
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