sábado, 26 de marzo de 2011

La historia de un médico memorable

José López Ortiz
La entrevista
Por Carlos Morán
La historia de José López Ortiz comienza en un estado altamente minero, es Pachuca Hidalgo, mejor conocida como “la bella airosa” o “la novia del viento”. Es el segundo heredero (de 5 hermanos) del hogar integrado por Don José López Paniagua, hombre honesto que se ganaba el sustento diario, como dueño de un taller de mecánica y fundición y de María Ortiz Ortiz, así que comenzaré contándole que llegó a este mundo el 10 de mayo de 1925 bajo el signo de Tauro con una fortaleza que hasta el día de hoy sorprende.

José López Ortiz tuvo una infancia feliz y nunca se imaginó ser médico, tampoco se imaginó que un día en Tapachula Chiapas, alcanzaría fama, prestigio y sobre todo, un respeto absoluto por su noble profesión en la que ha servido por más de sesenta años.

A él le tocó vivir aquella época en que los padres todavía tenían derecho y poder sobre los hijos, así que también vivió en un tiempo en que los hijos estudiaban lo que los padres decidían o siempre y cuando estuvieran convencidos que la elección del hijo, era la mejor. Pero creo que voy muy de prisa, y antes debo contarle que vivió en el seno de un hogar en donde los principios y valores, fue la base principal de su formación.

Cursó la primaria, la secundaria y el bachillerato en el Instituto Científico y Literario que hoy está convertida en la Universidad Autónoma de Hidalgo. Desde joven ha sido un deportista incansable, tanto que en su casa se mandó a construir una cancha privada para practicar su deporte favorito.

Estando en la secundaria su hermano mayor quien deseaba ser médico y él había planeado convertirse en ingeniero, renunció, así es como decide José López Ortiz que él sería el médico de la familia y, convencerse a sí mismo que su elección era la mejor. Como anécdota cuenta que un día ayudaba a su padre en el taller de mecánica y fundición y se supone que algo hizo mal que, su padre le dijo “-Tú no sirves para nada, mejor vete para que seas doctor-”… Lo demás, no fue fácil.

La profesión:

Durante la entrevista el Dr. López Ortiz, relata con precisión que en su época solo habían tres carreras a elegir, o al menos, de todas las profesiones, eran tres las importantes para escoger: Médico, Ingeniero o Licenciado, y él eligió lo que desde 1948, ha sido su pasión, la medicina, una vocación que descubrió en el camino de la universidad.

José López Ortiz, ingresó a la Universidad Autónoma de México en 1943, tenía entonces 18 años y nunca se imaginó cómo sería su futuro, sino simplemente convertirse en médico sin imaginar que encontraría en esa profesión una vocación natural por servir al prójimo honestamente.

En unas vacaciones de regreso a casa, conoció gracias a unas tías a la mujer con la que compartiría la aventura más grande de su vida, y meses antes de finalizar la carrera, el 24 de marzo de 1948 (hace 63 años), se casa la 8ª. Delegación en el D.F., con María Cristina Picazo Loranca y en agosto de ese mismo año, viene a Chiapas, precisamente a Pijijiapan, acompañado de su esposa para dar su servicio social.

Su llegada a Chiapas:

Tras haberse casado por la iglesia con María Cristina Picazo, llega por vía aérea internacional a Tapachula para después abordar el ferrocarril que los trasladó a Pijijiapan. Arribó a nuestra región en un momento en que las condiciones no eran iguales a las de hoy, llegaron a ese poblado cuando la luz eléctrica solo se ofrecía a la comunidad por unas cuantas horas, y después de la media noche, la oscuridad completa llegaba y solo se podía escuchar el latido de la vida por el canto de los animales nocturnos y la esperanza de la nueva luz al amanecer.

El 9 de marzo de 1948 se titula y en 1949, regresa al D.F, viaja a León Guanajuato en busca de un mejor futuro pero decide volver a Chiapas gracias a la invitación y convencimiento de un amigo y colega. Se establece en Villa Comaltitlán en el año de 1951 cuando Villa Comaltitlán era un pueblo muy pequeño, sin nada qué ofrecer más que su gente generosa y muy trabajadora pero que además de eso, le brindaba muchas esperanzas amén a la suerte que lo benefició ganándose la lotería con un premio de 25,000 pesos –Era mucho dinero- cuenta el médico de 86 años.

Su historia en Tapachula:

En ese mismo año, el Dr. Arteaga, quien lo había convencido para que volviera a Chiapas, le sugiere que se establezca en Tapachula y acá comienza una nueva historia, un comienzo que no fue tan fácil como le había pronosticado su condiscípulo, pero decidió que esta tierra de gente férrea y generosa, era sin duda, la tierra prometida para establecerse.

Su inclinación por los rayos X, nació siendo estudiante de medicina, mientras colaboraba con un médico radiólogo en del Distrito Federal, en donde obtiene una especialidad a base de practica sobre lo que después haría un post grado con la experiencia obtenida para lograr el título. Así que estando en Tapachula, corría el año de 1955, cuando junto con tres colegas y amigos entre los que se anotaban el Dr. David Ríos, Alfonso Arteaga, Luis Lara y él, adquieren el primer equipo de Rayos X.

Llegan los hijos y la especialidad

Antes de la llegada del IMSS a Tapachula, el hogar de Dr. José López y María Cristina Picaso, se complementa en 1953 con la llegada de sus primeras hijas, las gemelas María y Cristina; tres años y seis meses después nació José. Así, con tres hijos y surcándose un futuro en esta tierra, fue adquiriendo prestigio y fama y, cuando el Instituto Mexicano del Seguro Social, abrió sus puertas en Tapachula, contrató a José López Ortiz, enviándolo al Distrito Federal para que se especializara en lo que ya era un experto, una especialización labrada a experiencia diaria que comenzó siendo universitario.

Viaja al Distrito Federal con toda su familia y por espacio de un año y medio, se especializa en el Hospital Infantil de la ciudad de México. Vuelve a Tapachula y se convierte en EL PRIMER MEDICO RADIOLOGO oficial del IMSS y también del ISSTE.

El lado humano:

Pero su historia según él, está llena de grandes sorpresas. Asegura que en esta tierra aprendió a ser feliz desde el primer día que llegó y cómo no, si llegó acompañado de una mujer que hasta el día de hoy no ha hecho otra cosa más que compartir con él ese esfuerzo y camino que juntos fueron labrando día a día. Estaban de viaje en un crucero cuando un amigo a quien conocieron les preguntó cuántos años tenían de vivir juntos y cuando dijo los años, el Dr, con el magnifico sentido del humor que le ha enriquecido su vida agregó –El matrimonio es como una cadena perpetua- (Por cierto, hoy está cumpliendo 63 años de casado)

La boda

En efecto, José López Ortiz, desde el 24 de marzo de 1948, ha sido el fiel compañero de María Cristina Picazo, y ella, ha sido una esposa leal, amiga sin igual, cuya vida ha transcurrido en medio de una armonía que ha sabido cocinar con tranquilidad y amor. Ha sido para él la mujer y el motor más importante de su vida. En una charla la esposa del doctor contó emocionada y con lujo de detalles que, “el día que se casaron por civil, fue una ceremonia sencilla y en el cuarto de soltero que rentaba en el D.F., su esposo, brindaron por la vida nueva que comenzarían juntos y viajaron en autobús de México a Puebla como destino de una romántica luna de miel”.

Después se casarían por la iglesia en su pueblo natal Pachuca. Educados al fin con una cultura alejada de la vanidad, este acontecimiento se celebró con una comida familiar en casa de los padres de la novia, quien por cierto, agrega siempre a su cocina familiar el sello español que lleva en las venas, además de ese ingrediente que no falla; el amor…

En Tapachula, José López Ortiz y María Cristina Picazo, no solo fundaron un hogar con tres hijos, sino que se ganaron el respeto de la sociedad y un lugar que hasta el día de hoy gozan gracias a esa honorabilidad con que han caminado en esta tierra que, desde 1950, los recibió generosamente.

¿Pero quién es realmente José López Ortiz?

Podemos decir que, detrás de ese médico, habita un hombre sencillo y de buen corazón, un médico humilde comprometido con su profesión que a través de sesenta y un años no ha hecho otra cosa más que poner sus conocimientos al servicio de los demás. Justo es reconocer que llegó a esta tierra a la que adoptó como la suya propia y acá conquistó amigos, fundó una familia a la que honró con su trabajo limpio, con su ejemplar trayectoria y rectitud. Así es como hereda a su hijo José López Picazo, el espacio, la especialidad y la vocación que juntos comparten en la Unidad de Diagnostico y Radiología situada en la Central Norte No. 67.

El Dr. José López Ortiz a pesar de haber nacido en Pachuca Hidalgo, es símbolo de orgullo para los tapachultecos porque en esta tierra ha servido a los tapachultecos, aprendió a ser feliz y se labró un destino junto con su familia; es un médico con una misión muy loable, un hombre con una trayectoria ejemplar a seguir y un ser humano que, a sus 86 años, continúa compartiendo sus conocimientos.

José López Ortiz es el ejemplo vivo de una trayectoria humana, de un médico que supo ser profeta en tierra ajena, pero sobre todo, de un hombre que no persigue elogios, premios ni reconocimientos, sino simplemente hacer de su labor, el ejercicio más honesto que un día lo jubilará con paz y tranquilidad.

Para contactar a José López Ortiz marca el 62 621 43 Y., Para comentarios escríbeme a morancarlos.escobar@gmail.com

No es fácil entrevistar a un médico de la talla de López Ortiz, sobre todo porque es un hombre sencillo y humilde que no gusta de los reflectores, no aspira a premios ni homenajes, tal y como lo redacto en el texto, sino más bien, a realizar su trabajo cotidiano de la manera más profesional, sin presunciones ni aspiraciones vanas porque él mejor que nadie sabe y está seguro que la satisfacción de servir es la mejor recompensa a la que puede aspirar.

Realizar lo de hoy se logró gracias a la intervención del Dr. José López Picazo, hijo del entrevistado que siguió los pasos de su padre y comparte con él este noble oficio. Mi entrevistado a quien reconozco como un ser humano excepcional y de buena salud, me sorprendió saber que todos los días labora en la unidad de diagnostico de 9 a 2 y de 4 de la tarde a 7 de la noche. “Y así lo seguirá haciendo” porque en privado me confió que no se jubilará, que esta es su vida y no la cambia por nada. Amén.

1 comentario:

  1. fue un honor haber conocido al dr jose lopez ortiz, pionero de la radiologia en tapachula.

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