jueves, 9 de agosto de 2012

Tema y Voz

Prostitución Senil 

Por. Romeo Ortega López 
La información es de la autoría del reportero del "Diario del Sur" de Tapachula, Adrián González, sobre el dramático caso de ancianas y mujeres maduras que se prostituyen en la vía pública compulsadas por la necesidad. 

Un caso que no es exclusivo de Tapachula, ni de Chiapas ni de México, ocurre en cualquier país porque donde quiera la pobreza y la falta de empleo obliga a tantas mujeres a ganarse la vida, aún cuando tengan que ejercer una obligada prostitución. 

Las mujeres de que habla el reporte de "Diario del Sur", tienen entre 45 años y setenta años de edad. Realizan sus actividades por la mañana, hasta las tres de la tarde porque luego son desplazadas por mujeres jóvenes que se desenvuelven en el trabajo nocturno. 

La movilización de estas ancianas y mujeres maduras sucede en el centro de la ciudad y si ellas mismas informan que pagan derecho de piso, esto significa que autoridades menores están sabedoras de sus actividades y hasta es posible que esos pagos no ingresen al erario. 

Esta prostitución senil desde luego que no debería darse en ningún lugar, pero quizá las mismas autoridades la toleren para evitar problemas de administración porque bien pudiera interrogárseles ¿Qué hacen a favor de las mujeres de edad avanzada que no tienen empleo, están solas y abandonadas por su familia? Lo más seguro es que no tengan respuesta. 

Esta es una manera de discriminar a la mujer cuando se le abandona a la suerte. Hay programas a favor de la mujer que dejan a muchas al margen de las oportunidades porque quienes tienen la responsabilidad de aplicarlos de manera integral no lo hacen y se conforman con cumplir a medias. La mujer abandonada por su familia y por las autoridades encuentra su tabla de salvación en la prostitución, muy a su pesar. 

Pero estamos hablando de la mujer que se lanza a esta actividad por necesidad no por vocación. Antes se han deshecho de alguna pertenencia cuya venta les ofrece algún dinero que se agota y cuando ya no queda nada para vender, viene el comercio carnal. Si va en busca de algún trabajo de inmediato es rechazada por razones de edad y así avanza en su injusto destino donde hay que sobrevivir no como se quiere, sino como se puede. 

Algunas de estas señoras confiesan que se sienten avergonzadas de la actividad que ejercen, pero no tienen otra alternativa ante la imposibilidad de encontrar una ocupación decente. Hay mujeres que en la madurez cuentan con hijos pequeños sin el sostén paterno, entonces ellas tienen que cargar con la responsabilidad de mantenerlos y alimentarlos. 

Son mujeres de una u otra manera abnegadas que nos traslada al drama de Fantina, la madre de Cosseta que pobre y desempleada tenía que enviar dinero a su hija que estaba al cuidado de los Thenardier, una familia artera y atrabiliaria, deshonesta, que explotaba a la niña en el mesón que regenteaban hasta que la rescató Jean Valjean. Fantina para enviar dinero a quienes lejos de cuidar a su hija la sometían a duros trabajos domésticos en el mesón, se vio obligada primero a vender su hermosa cabellera y luego su nacarada y bella dentadura. Murió en la miseria y ya no pudo ver a su hija. 

Es la trama de una novela del genial Víctor Hugo, pero que se aplica a casos manifiestos de la vida real. 

Si estos estrujantes dramas de mujeres mayores que se prostituyen se da en todo el mundo y más en los pueblos de Centroamérica, debe preocuparnos esencialmente lo que ocurre en Tapachula y hacer algo por el rescate de esas mujeres que, a su edad, es inaceptable que desempeñen tan ingrata actividad. 

El mal persiste y las autoridades municipales lo saben, de otra manera no cobrarían el derecho de piso. Puede implementarse un programa dirigido a estas pobres mujeres que a una edad avanzada ejercen la prostitución porque no tienen opción, porque no hay posibilidad de desempeñar otras tareas. Si ellas se han resignado a su cruel destino, las autoridades no pueden resignarse al incumplimiento de su deber. Ante esta lacerante realidad que en Tapachula tiene lugar diariamente en la vía pública, a plena luz del día, la autoridad no puede adoptar la política del avestruz. 

COLOFÓN.- Efectivamente, el Comité de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, el CEDAW, filial de La ONU, recomendó al gobierno mexicano revisar sus estrategias de seguridad porque el combate al crimen organizado ha agravado la creciente violencia de género en el país. Y es que el 17 de julio la delegación mexicana del Instituto Nacional de Mujeres que preside Rocío García Gaytán, entregó al CEDAW un informe donde expone el grado de avance que ha tenido la promoción a los derechos de la población femenina. Este Comité pidió al gobierno de México investigar, procesar y castigar a los responsables de los ataques contra las mujeres ya sea actores del Estado o criminales comunes, así como establecer mecanismos de compensación a las víctimas. Ahora el Grupo de Mujeres de San Cristóbal y el Centro de Derechos de la Mujer en Chiapas piden al gobierno federal cumplir con estas recomendaciones entre las que destaca la erradicación de la pobreza, la marginación y la discriminación estructural de las mujeres.

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