Cinco hectáreas donan para reforestación, Tuxtla Chico.
Por. Exal Baltazar
Verde. Un hecho histórico la donación de cinco hectáreas en las cuales serán sembrados mas de 3 mil arboles maderables, entre las que se encuentran las especies de primavera, caobilla y cedro.
Emigdio Hernández Ibarra, del ejido “Guadalupe Victoria”, municipio de Tuxtla Chico, es el donador de estas hectáreas de terreno, en donde se prevé sembrar, este 17 de julio, arboles maderables.
El edil, Esaú Guzmán Morales, ha girado instrucciones precisas al director de Fomento Agropecuario Municipal, Elgar Yodermo Mejía de León, previo acuerdo y apoyo total y decidido del síndico y regidores, para que se destine personal capacitado a la supervisión, medición y atención al terreno otorgado por el señor Hernández Ibarra.
Lo anterior bajo el marco de la “Jornada Nacional de Reforestación Social 2011” que realiza la CONAFOR (Comisión Nacional de Forestación).
Amarillo. Con la finalidad de generar conciencia sobre la importancia de la participación social en la conservación y restauración de los bosques, Tuxtla Chico participará en la Jornada Nacional de Reforestación 2011, con la plantación de más de 3 mil arboles en 5 hectáreas ubicadas en el ejido Guadalupe Victoria.
La reforestación es una de las actividades de mejoramiento ambiental que genera mayor sensibilidad e impacto en toda la población.
Rojo. Sin embargo la deforestación es la destrucción a gran escala del bosque por la acción humana. La deforestación es actualmente una de las mayores lacras ecológicas. Ésta origina diversos problemas como pueden ser: la erosión del suelo y desestabilización de las capas freáticas, lo que a su vez favorece las inundaciones o sequías y por último, y su peor consecuencia, la desertización. Avanza a un ritmo de unos 17 millones de ha al año (superficie equivalente a dos tercios del territorio español). Entre 1980 y 1990, las tasas anuales de deforestación fueron de un 1,2% en Asia y el Pacífico, un 0,8% en Latinoamérica y un 0,7% en África. La superficie forestal está, en general, estabilizada en Europa y América del Norte, aunque la velocidad de transición del bosque antiguo a otras formas de bosque es elevada.
La deforestación afecta al medio de vida de entre 200 y 500 millones de personas que dependen de los bosques para obtener comida, abrigo y combustible. La deforestación y la degradación pueden contribuir a los desequilibrios climáticos regionales y globales. Los bosques desempeñan un papel clave en el almacenamiento del carbono; si se eliminan, el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera puede llevar a un calentamiento global de la Tierra, con multitud de efectos secundarios problemáticos. La deforestación siempre ha sido una preocupación de los gobernantes ilustrados que desde la antigüedad han promulgado leyes para proteger el bosque, conscientes de los bienes que el bosque produce. Desgraciadamente presiones económicas y demográficas han impedido con mucha frecuencia el cumplimiento de esas leyes y durante siglos los bosques han ido mermando.
En la actualidad la deforestación se considera un problema, antiguamente se pensaba que contribuía al desarrollo nacional. El capital forestal fue liquidado y reemplazado por otras formas de capital para generar alimentos, materias primas, energía o infraestructuras.
En las regiones templadas la agricultura se ha basado en la eliminación de los bosques aprovechando la fertilidad de sus suelos. A mediados del siglo XIV la mayor parte de las áreas boscosas de Inglaterra ya estaban deforestadas. En la Europa continental y en América del Norte, la deforestación se aceleró durante los siglos XVIII y XIX, con el fin de despejar tierras y dedicarlas a cultivos alimentarios para abastecer a las ciudades industriales y hacer frente a las necesidades de combustible y de materiales de construcción. Desde entonces, la creciente productividad agrícola ha permitido que buena parte de las tierras agrícolas de las zonas templadas reviertan al bosque.
Los procesos de deforestación son, por lo general, más destructivos en los trópicos. La mayor parte de los suelos forestales tropicales son mucho menos fértiles que los de las regiones templadas y resultan sensibles al proceso de lixiviación, causado por la elevada pluviosidad que impide la acumulación de nutrientes en el suelo. No obstante, las políticas coloniales se basaban en el supuesto, equivocado, de que un bosque exuberante significaba suelos fértiles. Pretendían conquistar los bosques, sobre todo para destinarlos a los cultivos comerciales y a la agricultura, y estas prácticas han dejado un legado de suelos exhaustos.
La deforestación tropical aumentó rápidamente a partir de 1950, debido al empleo de maquinaria pesada y al crecimiento de las poblaciones humanas. Las tasas anuales de deforestación en 52 países tropicales prácticamente se duplicaron entre 1981 y 1990.
Las causas de la deforestación son principalmente por situaciones económicas, dándose principalmente en los países en vías de desarrollo, sociedades preindustriales.
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