lunes, 9 de marzo de 2015

CARREREANDO LA CHULETA


DE LAS HIERBAS Y OTROS AFRODISIACOS

Por Ronay González
La cocina huacalera es rica en afrodisiacos: macuces, bledo, chipilín, pacayas y una exuberante variedad de hierbas, son las que dan sazón a nuestra cocina huacalera. Y no es escribir por escribir, basta con ver que la inmensa mayoría de hombres no requieren de dosis tremendas de camarones y otras criaturas del mar para ser potentes en el lecho.

Por ejemplo, un guiso de chipilín con bolitas y aliento a camarón oreado. Muchas son las recomendaciones sobre este exótico caldo que envenena el alma y lanza el espíritu a las más bajas pasiones, y es que el chipilín es una hierba potente que no sólo lanza al sueño profundo, sino que da fuerzas para cabalgar el resto de la noche y amanecer con deseos de trabajar sin cansancio alguno.

Existe una teoría no probada de que la hierba mora es un remedio que baja los niveles de glucosa en diabéticos otorgándoles el don de despertar la livido en los hombres viejos y cansados.

Para las mujeres con el vientre seco, no hay nada como unas ricas pacayas baldadas y servidas con una deliciosa salsa de jitomate; la frescura de esta verdura única y la cubierta de huevos batidos de gallinas vírgenes, sin duda alivian a aquellas que han sido olvidadas porque se les ha negado la maternidad por excesos cometidos en una juventud desenfrenada probablemente en su otra vida. Todo es cuestión de fe y la vida vuelve.

Y si desea mantener encantado al hombre de sus deseos, no existe poder más potente que un cocido (no importa la carne), recuerde que la sazón está en los huesos y ese paisaje hermoso que va ingresando al caldo que se levanta como una ofrenda los dioses. El sello afrodisiaco está en dejar caer antes de apagar el fuego, una buena cantidad de macuces recién cortados que darán a su amante nueva vida y más gloria en la alcoba.

En esta zona la variedad de hierbas es uno de los secretos del por qué tanta natalidad desenfrenada y hombre viejos que, a diferencia de los citadinos, cabalgan con potencia a pesar de las siete décadas de trabajo. El secreto está en los alimentos y las hierbas que juntas, hacen una bomba afrodisiaca en el cuerpo masculino dándole además de potencia, esa juventud y salud que todos los citadinos añoran.

De ahí que es increíble que algunos programas gubernamentales (México sin hambre), pretendan enseñarle a comer a los pobres mexicanos, cuando éstos, sin tanto programa ni información, desde antaño, mantienen sino una alimentación vasta, una alimentación que los mantiene saludables y potentes incluso en el terreno del amor.

Antes de pedirle su opinión y ayuda a Marinela, a Quaker, a Pepsi, a Bimbo o a su cartera, debieron consultar a los que sí saben, a los mismos “pobres” mexicanos, que antes de que esas empresas llegaran a abarrotar hasta las tienditas más pequeñas en los lugares más recónditos, comían nopales, hierbas con más nutrientes que cualquier barra de Kellogs, gainas criadas con maíz que se sembraba ahí mismo, eso por mencionar algunas cosas.

El hambre ha llegado, entre otras cosas, porque nos hicieron creer que era más importante tener dinero para una coca, que seguir sembrando nuestras verduras. La enfermedad vino precisamente con todas esas empresas que ahora pretenden decirnos cómo comer.

Lo único que tenían que hacer para erradicar el hambre era conocer la realidad en las comunidades, de lo cual no tienen ni idea porque curiosamente ninguno de los que “diseña” las estrategias contra el hambre tiene la más remota idea de lo qué es eso, de cuáles son las verdaderas razones de la desnutrición y por tanto no saben cómo combatirla.

Déjenos mejor seguir comiendo chipilín, mangos, maíz (no transgénico por favor), guineos, mameyes, frijol, que nadie, absolutamente nadie se ha muerto por comer eso. Miren a nuestros abuelitos, con más de 80 años, fuertes como robles; luego miren a los chamaquitos, con ocho años, pre diabéticos y sin energía pa’ nada.

Hay que defender nuestras hierbas, nuestros afrodisiacos naturales y verán que se nos quitan todas las hambres del cuerpo.

1 comentario:

  1. YO RECUERDO DE NINIA UNA SRA Q TRABAJABA CON MI FAMILIA LE HECHABA MACUCES A LOS FRIJOLES Y ME ENCANTABAN ,PERO AHORA DE ADULTA QUISIERA VOLVER A COMERLOS Y NADIE LOS CONOSE NI EN EL PUEBLO DONDE NACI . PQ HAN OLVIDADO EL COMER VEGETARIANO LAS NUEBAS GENERACIONES ?

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