¡QUE SE PUDRAN!
Por Ronay González
¿Cuántas cosas que nos cuestan, y mucho, se desperdiciarán? No es la primera vez que sabemos de bodegas de organismos públicos en donde hay despensas echándose a perder, medicinas, ropa. Las colectas en casos de desastre a veces nos hacen dudar porque meses después nos venimos enterando que o se “desviaron” a las casas de fulano y sutano, que se embodegaron y ahí están durmiendo el sueño de los justos, o se abren misteriosas mini tiendas en donde resulta que no existen las facturas de compra de las mercancías.
La nueva en esta ocasión: el desperdicio millonario en medicamentos en que incurre el Instituto Mexicano del Seguro Social por el manejo inadecuado de los mismos. Más o menos 18 millones de pesos en vacunas que se echaron a perder por falta de cuidados adecuados, pues quedaron expuestas a las inclemencias del tiempo, incluyendo altas temperaturas.
Me preocupan dos cosas, bueno como cien, pero me avocaré a las primeras. Se trata de la salud de las personas, no es novedad eso del manejo inadecuado de medicamentos, las leyendas urbanas (algunas, verdades comprobadas), cuentan que eso de las varias dosis de algunas vacunas es porque como no son de fiar, pues si no le hace la primera, el paciente tiene otras oportunidades, algunas más tienen que ver con reacciones adversas o nula efectividad.
El dinero es otro asunto para preocuparnos. Si las farmacias de los centros de salud públicos estuvieran bien surtidas, si nunca faltaran medicamentos, aún así sería lamentable tirar el dinero de esa forma, pero si además resulta que todo el tiempo estamos sufriendo por qué no hay, y las personas tienen que dar decenas de vueltas o de plano desfalcarse para comprarlas, pues está grave el asunto.
Según este hallazgo en ese mismo lugar había cajas con uniformes médicos y de quirófano cuya tela ya está podrida y obviamente no fueron repartidos.
Dudo mucho que pase algo, que haya sanciones contra los responsables, lo que sí me gustaría que hubiera en cambio, son más denuncias, esto se dio a conocer por la denuncia de los mismos trabajadores del IMSS. Sé que es poner en riesgo su trabajo, su fuente de ingresos, pero cada vez hay más espacios para la denuncia anónima, ciudadana, puede haber varias vías.
Lo que importa es que no siga sucediendo lo mismo. Nos damos de topes en la cabeza con las burradas que hacen los funcionarios, pero los dejamos hacerlas, no pasa nada. A cualquiera que tenga millones a su disposición se le van las cabras.
Una de las mejores formas en que nuestro dinero esté bien utilizado es que de vez en cuando le echemos un ojito. Los trabajadores de las dependencias pagan impuestos, es su dinero (nuestro) el que se está pudriendo en bodegas, almacenes, no podemos seguirlo permitiendo, mucho menos cuando hay tantas necesidades.
Esos 18 millones echados a perder pudieron haberle hecho bien a alguien, o convertirse en material quirúrgico, hay hospitales en los que ni gazas tienen; transformarse en salud y bienestar, no en una vergüenza más. A veces me gustaría que los responsables se olvidaran a sí mismos en una bodega y ¡que se pudran!
Claro que me reconforta saber que Carmen Salinas puede ser diputada plurinominal (por el PRI) y que como buena representante les miente su madre a todos los que no hacen bien las cosas, digo, eso es lo que sabe hacer, que no.
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