Por Carlos Z. Cadena Es sorprendente lo que ocurrió con la autopista Tapachula-Talismán, que a pesar de que el Presidente Felipe Calderón, fue su padrino, ya que fue él, quién dio el banderazo de inicio de la construcción justamente celebrando “Los 100 años de gobierno”, el 10 de marzo del 2007, giran alrededor dos escenarios donde hay culpables de grandes desgracias, primeramente el escenario de que este tramo de carretera no se concluyó cómo fue la buena fe del Presidente Calderón, donde quedaron inconclusos al menos seis kilómetros de autopista de cuatro carriles que uniría a México con Centroamérica y la otro escenario es que horas antes de la inauguración Presidencial un fatal accidente provoca que integrantes de una familia es atropellada en ese circuito vial, muriendo los cinco protagonistas -padres e hijos-, y esos culpables son el INAH y la SCT.
Aquel 10 de Marzo de 2007, el Presidente Calderón, no solamente dio el banderazo, sino que se subió a una maquinaria pesada –trascabo- y lo manejó dándole más realce al evento que lo catalogo cómo el “Proyecto de ampliación y modernización del tramos carretero Tapachula-Talismán con ramal a ciudad Hidalgo”, cuyo costó –dijo- sería de un mil 400 millones de pesos, que sumando darían los 45 kilómetros de carretera nueva de todo el proyecto.
Dijo también que dicho proyecto era un sentido reclamo de más de 25 años de los habitantes de la región y que en poco tiempo beneficiaria a un millón de Chiapanecos de cinco municipios del Soconusco. Fue una fiesta donde se rubricaba los “100 días de gobierno Calderonista”.
Tuvieron que pasar 3 años y 8 meses, de aquel fiestero 10 de marzo de 2007, para que el pasado 26 de noviembre de 2010, el padrino de la autopista, el Presidente de todos los mexicanos, Felipe Calderón, inaugurara ese proyecto de carretera, una carretera federal que alcanzó hasta alegría en Guatemala, porque es la ruta que une al país del águila –México- y al país del Quetzal- Guatemala-, sin embargo esa simbólica carretera de fraternidad de México con Centroamérica, y con un sentido y justo reclamo de los habitantes de esta frontera sur, “quedo totalmente inconclusa”, donde aquí la han bautizado como “La carretera mocha”, cuya única culpabilidad se la endosan el titular del INAH en Chiapas Emiliano Gallaga Murrieta, y el delegado de la SCT-Chiapas, Ernesto Jáuregui Asomoza.
Durante esos 3 años y 8 meses, el INAH-Chiapas y la SCT Chiapas, se enfrascaron en un litigio de carácter histórico-legal, argumentando el primero que no se podía construir al lado de la zona arqueológica de Izapa, actuando de una manera falsa e hipócrita, porque si algo ha arrastrado a la zona arqueológica de Izapa, es el desinterés y marginación de décadas del INAH, alegando que siempre no hay un presupuesto federal para Izapa, mientras que para otras zonas arqueológicas de la entidad, cada año fluyen recursos. Sin embargo para la modernización del tramo carretero, que era solamente construir sobre la misma carretera antigua y alargarla unos cuantos metros para que sea autopista, el INAH se opuso sospechosamente, “defendiendo lo que nunca ha defendido”, apoyar esa zona arqueológica.
Por el lado de la SCT-Chiapas, puso alternativas de otros proyectos para que el tramo se concluyera y no se quedara como actualmente está, en una “carretera mocha”, que avergüenza a México con el turismo de Centroamérica –una parte de cuatro carriles modernizados y la otra de carretera antigua- donde curiosamente la SCT-Chiapas, al último “torció su brazo”, y a pesar de que era una promesa Presidencial, que tenía importantes simbolismos y lecturas, cómo la de haber sido el propio Presidente Calderón, el que diera el banderazo de inicio de obra, además de significar un “hermanamiento entre países, tanto de México cómo de Guatemala”, y más todavía cuando el Presidente Calderón, en sus discursos de la visitas a esta frontera ha reiterado su cariño por esta tierras donde las visitaba frecuentemente en sus años juveniles del Panismo.
Pero la SCT-Chiapas, tiene todavía muchas dudas que aclarar, cómo por ejemplo, que el 10 de Marzo de 2007, se haya dicho que la inversión costaría un mil 400 millones de pesos, y ahora el pasado 26 de Noviembre de 2010, se diga que solamente fueron 950 millones los invertidos, son al menos 450 millones de pesos, que andan flotando en el aire, ya que se supone que el proyecto federal tuvo que ser bien planeado. El delegado Ernesto Jáuregui, debe de responder a esta interrogante, pero hay más, cómo del porque no se cumplió con los requisitos de construcción de una carretera de cuatro carriles donde hacen falta más puentes peatonales y muros de contención, este último ingrediente de culpabilidad de la muerte de toda una familia en el kilómetro 10, que fue arrollada por un vehículo falleciendo en el acto cinco integrantes de una familia, entre ellos un recién nacido de 40 días que aún no tenía nombre.
Al Presidente Calderón le fallaron
El Presidente Calderón, no debe de dejar al vacío estas perversidades de dos instancias federales, sobre todo que se trata de una construcción de una autopista que el prometió y abanderó desde su inicio, y que no puede ni debe de quedar mocha, además la constructora Española AZVI, encargada de la obra, aseguran los que conocen de Ingeniería, hizo trabajos sin ningún profesionalismo, mostrando ya defectos mucho antes de que se inaugurara, además si analizamos se inauguró el ramal Tapachula-Suchiate y no la autopista Tapachula-Talismán, cuya inauguración hubiera sido curiosamente en el kilómetro 10, donde fue la tragedia humana y empieza la ignominia de una obra inconclusa que deja mal parado a un Presidente de México. O sea ni se concluyó la autopista donde increíblemente se dio el banderazo de inicio, ni se inauguró.
Este martes el Secretario de Gobierno, Noé Castañón, recorrió el tramo de la autopista trágica e inconclusa, y reconoció el peligro que representa “la autopista Mocha”; en su recorrido los habitantes que viven a la orilla de la carretera le pidieron una serie de estrategias de peticiones para evitar más muertes, entre ellas un boulevard, reductores de velocidad, más puentes peatonales y mayor vigilancia de la policía federal en dicho tramo por las altas velocidades, el funcionario estatal prometió personalmente informárselo al gobernador Sabines.
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