Por Carlos Morán
No debo comenzar escribiendo y preguntándole ¿sí ya lo notó?; es evidente porque están regados por los cuatro puntos cardinales de nuestra ciudad. Se trata de la comida china, una especialidad que nos identifica con el resto del mundo. Lo extraño es que quienes se apuestan por toda la ciudad con paquetes “rápidos de 25 a 35 pesos”, dan el mismo sazón ¿No es esto extraño? O podríamos suponer que existe una persona que los exporta y los prepara para luego lanzarlos al mercado… (Y no voy a referirme que cocinan encamizetados con los pelos de los sobacos al aire y que la Secretaría de Salubridad no los persigue como a otros paisanos que pagan impuestos)
No debo comenzar escribiendo y preguntándole ¿sí ya lo notó?; es evidente porque están regados por los cuatro puntos cardinales de nuestra ciudad. Se trata de la comida china, una especialidad que nos identifica con el resto del mundo. Lo extraño es que quienes se apuestan por toda la ciudad con paquetes “rápidos de 25 a 35 pesos”, dan el mismo sazón ¿No es esto extraño? O podríamos suponer que existe una persona que los exporta y los prepara para luego lanzarlos al mercado… (Y no voy a referirme que cocinan encamizetados con los pelos de los sobacos al aire y que la Secretaría de Salubridad no los persigue como a otros paisanos que pagan impuestos)
El aumento acelerado de establecimientos que ofrecen alimentos orientales en toda la ciudad, trae aparejado la llegada de personas de origen asiático cuya residencia no está muy clara para algunos pobladores. Y es que de la noche a la mañana aparecen incluso sin hablar español y abren un expendio de comida rápida. Platillos que desde luego tienen esa fusión de sabores (chino-huacalero) que los chinos antiguos y establecidos desde hace años, consiguieron darle con el paso del tiempo.
Esa sazón inigualable nos ha dado un lugar digno de alabanza y que ha sido reconocido por todo el país, porque los comentarios, criticas y notas apuntan “La comida china de Tapachula ¡Es única”, y no es un invento, existen documentos y esa voz popular que de boca en boca ha dado prestigio a nuestra región de tener la mejor comida china. Hace varios años en un avión que realizaba un viaje del extranjero a México, anunciaba que la comida típica de Tapachula, era la “comida china”, y no debemos de ofendernos, así es, esa especialidad nos identifica por la fama de buena y rica.
Una comida que los viejos chinos que se establecieron en nuestra región, fueron aderezando y sazonando hasta crear una receta única al paladar popular de la región. Por eso la pregunta ¿Quién le enseña a estos nuevos chinos que de la noche a la mañana aparecen? Supongo que debe ser un chino que no los exporta por caridad al menos que sea por la situación política y social de China.
COMERCIAL
Llega el villano de las telenovelas a Tapachula: Alexis Ayala, Jessica Coch, Alejandro Ibarra y Azela Robinson se preparan para llegar a Tapachula este 16 de abril y presentar en el Teatro de la Ciudad la obra “Tu tampoco eres normal”, en dos funciones: 7 y 9 de la noche.
Esa China que posee una “democracia socialista” abierta de piernas al capitalismo de manera secreta desde hace más de 25 años, donde la élite corrupta en el poder acumula inmensas fortunas mientras cientos de millones de su exagerada población sobrevive de la manera más precaria, con empleos infames y las más flagrantes violaciones de derechos humanos. Un extraño hibrido entre el socialismo precario y el capitalismo interesado, cuya transparencia apesta, pero que no tarda en explotar en vez del éxodo que los obliga a invadir ciudades con su comida oriental.
Sabemos que la mayoría de los establecimientos, a pesar de sus amplias ventas, están registrados bajo el régimen de Pequeños Contribuyentes. Una competencia desleal, consideran algunos restauranteros locales, quienes están obligados a facturar por el Sistema Tributario, declarar el ISR de sus empleados, de asegurarlos, del pago al INFONAVIT., etc, etc.
Está a la vista también que la mayoría de estos restaurantes de comida china rápida, mantiene una matricula de empleados extranjeros que no gozan de ninguna prestación, dan servicio a bajo costo vendiendo grandes cantidades pero sin factura y con registro bajo pequeño contribuyente.
Los datos duros arrojan que en Tapachula en este 2011 han aparecido más de 20 negocios de esta naturaleza bajo el dominio de personas de nacionalidad china, que se supone mantienen papeles en regla o, irónicamente nacieron en Tapachula pero aparecieron 25 años después.
Quien iba a pensar hace 25 años que hoy en día platillos como el Chaw Fan, el Chop Suey o el Chaw Mein iban a sustituir platillos tradicionales de la gastronomía huacalera como el chipilín con bolita de masa y camarones horeados, los bisteces a la mexicana y no porque sea la mejor o más sabrosa, sino porque para muchas personas, sobre todo los profesionistas y empleados les ha resultado más económico y rápido acudir a los restaurantes de comida rápida china, sobre todo cuando en sus centros de trabajo los tiempos para el almuerzo son breves.
El Chop Suey siempre ha sido una de las comidas favoritas entre los huacaleros; el Chop suey es un plato de origen chino-americano que literalmente significa "trozos mezclados" pero que otros llaman “desperdicio”, porque se hace de sobras de varias comidas y usualmente consiste en carnes (puede ser pollo, res, camarón o cerdo), cocinadas rápidamente en un wok con vegetales como apio, pimientos, soya germinada, entre otros que regularmente es servido con arroz blanco cocido al vapor, conocido como “morisqueta”.
Lo más curioso es que un cocinero chino que elabora este platillo desde hace más de 40 años, mencionó que fue un cocinero chino en Norteamérica, quien al verse acosado por los mineros a quienes cocinaba, y al no tener qué ofrecerles, hizo un revoltijo de verduras, sobrados de arroz, así como carnes de otros platos y se los dio en la comida; los mineros preguntaron acerca del nombre del suculento plato, a lo que a éste se le ocurrió decir "Chop Suey", que en el idioma chino significa "revuelto o mezcla de todas las sobras", o "trozos mezclados", o comúnmente “desperdicio”, que era el sobrante de comida que se revolvía y los chinos ricos daban a sus sirvientes.
Ahí está el punto. Esta invasión de comida rápida por la ciudad afecta desde luego a la empresa restaurantera que de generación en generación ha ido heredando a sus hijos, pero beneficia al pueblo que por 35 pesos, pueden comer incluso dos personas.
Para comentarios escríbeme a morancarlos.escobar@gmail.com
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