jueves, 10 de febrero de 2011

Rescatando pumpos y mapagüite

PRIMERA FILA

Por Rosalino Ortiz
Las tradiciones poco a poco han ido extinguiéndose, tanto así que hoy en día, sobre todo las nuevas generaciones, poco o nada saben de actividades o costumbres propias de gente de décadas pasadas.

Doña Victoria Mérida Díaz no quiere que esas costumbres se acaben. Por eso, desde hace años se dedica a vender pumpos, toles y aceite de mapagüite en el mercado San Juan, ahora despachando en la nave No. 3 frente al parque recreativo Los Cerritos, al Sur de la ciudad de Tapachula.

Aunque aún no toma su ritmo el mercado allí frente a Los Cerritos, ella allí está, con su misma venta, con lo que a ella le gusta, sin querer, rescatando las tradiciones al ofrecer al público esos objetos refractarios como son los toles y pumpos, y el aceite de mapagüite, que tan mágicos efectos produce para los calvos y para quien desea conservar el cabello, bigote o barba de color negro.

Cuando se le preguntó a doña Victoria desde cuándo se dedica a este negocio, ella contestó: ¡Uuuffff! Tiene ya como 45 años. Y sigue igual, contenta, confiada, con el ánimo bien levantado.

Cuenta ella que la principal clientela de los toles y pumpos, son quienes van a intervenir en bailables. La chamacada, pues, aunque no faltan los adultos, más ahora que a los de la tercera edad los mantienen muy activos, incluso, también participando en bailables.

Pero también esos objetos los compran como recuerdos, para regalos, para pintar, para tener colgaditos en las salas de las casas o en los negocios, más aquellos dedicados a la gastronomía. El deseo de tener uno en casa es por la sencilla razón de que, ¡se van acabando! O porque son muy “curiosos”, como decían antes.

Doña Victoria sabe que los pumpos, por ejemplo, eran los recipientes que utilizaban hace ya muchos años los campesinos. Allí llevaban el agua, la cual se mantenía fresca, natural, sabrosa. No como ahora que se utilizan botellas de plástico, las mismas que con el calentamiento, desprenden sustancias químicas que a la postre pueden provocar cáncer.

Lo mismo sucede con los toles. Las amas de casas los utilizaban hace años para guardar las tortillas, las que se mantenían calentitas, gracias a las condiciones refractarias del recipiente. Por supuesto, ahora, ni los campesinos usan pumpos ni las amas de casas utilizan toles. Los tiempos han cambiado.

En el momento de la entrevista, doña Victoria no tenía en venta toles, porque su proveedor, del cantón Miramar, municipio de Tapachula, no le ha surtido. Pero pumpos sí tiene, y de distintos tamaños y figuras.

Por otro lado, doña Victoria, quien por cierto es originaria de Tapachula y reside en esta ciudad, también tiene otro atractivo en su pequeño negocio: la venta de aceite de mapagüite, el mismo que sirve para mantener negro el cabello en hombres y mujeres, o el bigote en los hombres, bueno, también en una que otra mujer bigotona por allí.

Dice doña Victoria que el aceite de mapagüite tiene mucha demanda. Incluso, hasta a Estados Unidos se ha ido ese producto, porque saben de los efectos positivos que produce esa sustancia mágica hecha de una planta trepadora que lleva el mismo nombre: mapagüite.

Cuenta la señora Mérida Díaz que el aceite de referencia tiene propiedades singulares. En primer lugar, es efectivo para aquellas personas a quienes se les está cayendo el cabello. Se dan sus aplicaciones y el problema termina.

Asimismo, para aquellas personas que se están quedando calvas, el aceite de mapagüite les devuelve el cabello, ya que al poco tiempo de haberse aplicado en el cuero cabelludo, como que las células rejuvenecen y al poco tiempo vuelven a aparecer los pelos.

“Y comprobado, porque mis clientes regresan a comprarme más mapagüite”, dice alegre y ufana doña Victoria. Por cierto, esa sustancia la propia comerciante lo prepara. Dice que ella compra la semilla (pepitas), la muele y de allí sale el aceite.

Pudiera ser, entonces, que las chicas o mujeres jóvenes de antes, lucían un cutis fresco y con cabello abundante, gracias al mapagüite, porque cada vez que iban al río a bañarse, utilizaban esa especie de “jaboncillo”, unas bolitas amarillentas más pequeñas que el nance.

Incluso, hubo chicas a quienes el cabello les rozaba las nalgas de tan largo, frondoso y con el negro encendido (el color), que las hacía ver más guapas, más juveniles, más atractivas, más apetecibles guardando toda distancia.

Pues bien, allí está doña Victoria Mérida Díaz, con su venta de toles, pumpos y aceite de mapagüite, en la nave 3 del mercado digamos ahora “Los Cerritos”, en tanto remodelan el mercado San Juan.

Y sin pensar tanto en eso, bajita la mano como se dice, doña Victoria está rescatando parte de las costumbres, parte de las tradiciones, las mismas que están desapareciendo, no por malas, sino porque la modernidad las ha absorbido, las ha sustituido, y no porque las cosas nuevas sean excelentes, sanas o mejores.

7 comentarios:

  1. Como me podría comunicar con la señora , me interesa el aceite de mapagüite , gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me imagino que ya tuvo que haber fallecido

      Eliminar
  2. Alguien que sepa donde poder conseguir wl mapahuite, o donde puedo contacgar a esta señors

    ResponderEliminar
  3. Muchisimas gracias por informacion. Muy interesante. GRACIAS !!!!!!!

    ResponderEliminar
  4. mapaguite ... yo compre aceite en laboratorio lafimarq de guatemala city en zona 1 en el 2018

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y le funciono?? tambien soy de Guatemala y acabo de ver este aceite en la pagina web de Lafimarq.

      Eliminar
  5. gracias a don Rosalino Ortiz y a dona Victoria.... algun dia los visito en Tapachula, en el mercado de los cerritos. Soy de Guatemala.SALUDOS y gracias por mantener las tradiciones y lo NATURAL !!!!!!

    ResponderEliminar

Seguidores

Archivo del blog