miércoles, 20 de agosto de 2014

CAFÉ PARA TODOS


* MANCERA Y SU PROPUESTA DE AUMENTO A MINISALARIOS; EL ÚLTIMO RECURSO PARA TRATAR DE FRENAR SU DESPLOME DE ACEPTACIÓN ANTE LOS CAPITALINOS
* MÁS CLARO, NI EL AGUA: QUIEN MANDA EN MICHOACÁN ES SERVANDO GÓMEZ MARTÍNEZ, “LA TUTA”

Por. Alberto Carbort 

A falta de buenos resultados en su gestión, ahora El jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera se aferra a un clavo ardiente, con su propuesta de aumento de 20 pesos a los salarios mínimos, aunque desgraciadamente, de prosperar la medida, sólo podría aplicarse en la ciudad de México.

Lamentablemente Mancera luce más desangelado y solo que un partido entre el Atlas y la U de G, pues en esta cruzada no lo acompañan ni su partido y ni siquiera los sindicatos de su administración, mientras que los empresarios y el propio gobierno federal se pusieron en pie de lucha ante el riesgo de que su iniciativa gane terreno.

En una insólita inserción pagada -sólo vista desde la era del antiguo Partido Revolucionario Institucional (PRI)-, sindicatos, empresarios y gobierno federal rechazaron la propuesta de elevar algo así como un 30 por ciento el salario mínimo en el país, con el argumento de que de esa forma no se puede atacar la pobreza y los bajos ingresos.

Que los hombres de negocios se opusieran a esta propuesta del jefe de gobierno de izquierda -quien vive sus peores momentos de popularidad desde el inicio de su gestión en diciembre del 2012-, no es extraño, pero sí es inusual que el gobierno federal lo hiciera y aún más las organizaciones gremiales.

El secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, señaló que el problema de la pobreza y el bajo ingreso de los trabajadores se atacará a través de mejorar la productividad y el crecimiento económico.

“En los últimos 30 años México ha tenido un crecimiento anual de 2.4 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), así como una disminución anual de la productividad de 0.4 por ciento”, dijo al leer un comunicado conjunto.

Entre los firmantes figuran el magnate Claudio X. González, dirigente del Consejo Mexicano de Negocios; Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del Consejo Coordinador Empresarial; Francisco Hernández Juárez, dirigente del Sindicato de Telefonistas y Joaquín Gamboa Pascoe, de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), la mayor alianza gremial del país.

Unir el agua con el aceite resulta más sencillo que juntar las firmas en un comunicado conjunto de personajes tan disímbolos como Claudio X. González y Francisco Hernández Juárez. El milagro que Mancera ha conseguido, es que sus enemigos se unan, pero en su contra.

Hasta Agustín Carstens se sumó a esta corriente, junto al director del Sistema de Administración Tributaria (SAT), Aristóteles Núñez, uno de los personajes menos queridos en los ambientes empresariales y sindicales.

Núñez dijo en un foro universitario que carecía de sentido aumentar el mínimo si no aumenta la productividad. Por su parte Carstens casi vaticinó que una hecatombe tendría lugar si esta propuesta progresaba.

Un incremento arbitrario en el salario mínimo puede provocar tres reacciones indeseables en las empresas: la primera es que decidan trasladar ese aumento en costos a los precios del consumidor final, lo que generaría más inflación, dijo.

La segunda alternativa sería simplemente despedir al trabajador o no contratar a ningún trabajador adicional. Una tercera opción es que el empresariado evada el salario mínimo, pese a que la ley diga que tiene que pagar más, lo que aumentaría la informalidad, expuso.

Mancera obtuvo sin embargo un aliado insospechado en esta apuesta contra la corriente, la del impopular presidente del Partido Acción Nacional, Gustavo Madero.

Madero Muñoz -acompañado por el líder de esa formación en el Distrito Federal, Mauricio Tabe-, recaudó firmas en el Centro Histórico de la capital para conseguir el apoyo necesario de la ciudadanía a fin de celebrar una consulta popular sobre el salario mínimo.

Su intención es recabar 2 millones de firmas en 16 días y presentarlas ante la Cámara de Diputados. Posteriormente, los registros serán llevados a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que la pregunta sea validada conforme a la ley.

“No es demagogia, lo demagógico, precisamente, es el tratar de cubrirse de gloria y de decir: no, yo les aumento el doble de un día para otro, eso es demagogia”, señaló Madero Muñoz.

Lo peor del caso es que esta iniciativa lo enemistó con el ala calderonista de su organización, es decir, con la oposición interna.

El ex presidente del PAN, Germán Martínez, señaló que su partido “antes de apoyarse en la Comisión Nacional de Salarios Mínimos para decretar un estipendio debería buscar la desaparición de ese viejo brazo gubernamental por burocrático, antiliberal e inútil”.

Martínez afirmó que no se explica “por qué los panistas se dejan acosar por quienes promueven un mayor manejo estatal de la economía, cuando a fin de cuentas las planificaciones gubernativas del desarrollo nacional han probado una y otra vez su fracaso”.

LA PROPUESTA DE MANCERA, CON FINES ELECTOREROS

Lo que tampoco se entiende es por qué tanto miedo a un aumento a los minisalarios, cuando Mancera sólo propone incrementar 13 pesos el mínimo diario, lo que da 390 pesos al mes.

Cálculos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señalan que hay 700 mil personas que ganan el mínimo con 40 horas de trabajo a la semana, lo que sería 273 millones de pesos al mes. Si el aumento sólo iría dirigido al 0.5 por ciento de la población y es tan pequeño que realmente no debería asustar a nadie, la pregunta que se impone es por qué tiene tan alarmado a todo el mundo.

Como sea, lo cuestionable es la motivación, porque es de suponer que Mancera no ha de padecer insomnio al saber las tristes condiciones en que se encuentra el medio por ciento de la población que vive del minisalario.

Porque viendo bien y despacio las cosas, habría que aclarar que un incremento sólo beneficiaría a quienes trabajan en la economía formal, es decir, que no tendría un impacto en los que laboran en la llamada “economía subterránea”.

Ahí es donde hay qué denunciar la mascarada porque no se trata sino de una estratagema política, básicamente electorera. El PRD ha querido engañar y decir que ese beneficio llegaría a 7 millones de personas.

Es verdad que el salario mínimo ha perdido más de 70 por ciento de su capacidad de compra desde 1976, pero la causa es que ha sido empleado como unidad de medida para calcular multas, becas, precios y tarifas.

Sin embargo, en realidad el problema en México son los bajos salarios pero no mínimos, sino medios. Es decir, los que gana la mayoría de los mexicanos, que oscilan entre los 6 mil y los 8 mil pesos.

Habría que entrarle al toro para ver la manera en que suben los salarios medios, para evitar que el país se siga empobreciendo.

Los empresarios dicen que para ello se requiere de mejorar la productividad, pero ellos se escudarían de cualquier pretexto con tal de pagar lo menos posible esa mercancía llamada trabajo.

El argumento esgrimido por Casterns, en el sentido de que provocaría aumento a la inflación, es refutado por el secretario de desarrollo económico del Distrito Federal, Salomón Chertorivski, quien afirma que “la experiencia y la evidencia muestra que en otros países donde se ha decidido aumentar el salario de los trabajadores no han sufrido consecuencias en las distintas variables macroeconómicas”.

Durante el reciente Foro Internacional titulado “Salarios Mínimos, Empleo, Desigualdad y Crecimiento Económico”, efectuado en la Ciudad de México, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL) declaró que México cuenta con un salario mínimo poco competitivo, por lo que consideró necesario un aumento gradual.

Bárcena hizo notar que México se ubica como uno de los países con el salario mínimo más bajo de América Latina.

En conclusión, por supuesto que hace falta aumentar los minisalarios y los salarios medios de los trabajadores, y los argumentos de que dislocarán la economía y causarán una hecatombe sólo son argumentos falaces.

Lo cuestionable es que el tema sea instrumentalizado y capitalizado con fines aviesos, es decir, con miras a las elecciones intermedias del año próximo, tal como lo ha hecho descaradamente el Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera, para tratar de frenar su estrepitosa caída en las encuestas de aceptación entre los capitalinos.

GRANOS DE CAFÉ

El control que ejerce Servando Gómez, “La Tuta” sobre Michoacán es absoluto. Lo mismo domina a políticos de todos los niveles, empresarios, comerciantes que a ciudadanos comunes a través de lo que públicamente denomina “La Empresa” que no es otra cosa que el cártel de “Los Caballeros Templarios”, que bajo amenaza o en contubernio, administra los fondos públicos de toda la entidad y más, mucho más.

Por inverosímil que parezca, este personaje se ha vuelto ya familiar en Internet, por la gran cantidad de videos que ha hecho públicos en un despliegue de cinismo y prepotencia, con la que deja en claro que quien manda en Michoacán es solamente él.

Para la opinión pública nacional “La Tuta” gobierna y ordena a placer, y ha mostrado que es mejor recaudador que el Sistema de Administración Tributaria, mejor juez que el Tribunal Superior de Justicia de Michoacán y mejor político que el propio gobernador, además de hábil manipulador mediático.

Hoy ha dejado de causar asombro y hasta azoro, su aparición pública con alcaldes y alcaldesas, con políticos de primer nivel como el ex secretario general de Gobierno, Jesús Reyna o con Rodrigo Vallejo, hijo del ex gobernador Fausto Vallejo, además de una “pléyade” de personajes de todas las estaturas y dimensiones.

Por lo visto hasta hoy, además de evidente impunidad, “La Tuta” ha suplantado a la perfección literalmente todas las funciones de gobierno, específicamente las recaudatorias, ya que se ha probado que no hay contribuyente, chico o grande, que escape a su control.

Las pruebas de ese control las ha facilitado el propio gánster, al difundir videos en los que exige el pago de cuotas lo mismo a la alcaldesa de Pátzcuaro, Salma Kurum, que a los herederos del finado empresario Luis Miguel Estefan, haciendo las veces de verdadero notario.

Independientemente de cualquier condena legal o moral que suscitara esa conducta criminal, lo que no puede perderse de vista es que con la difusión de elocuentes videos en los que “balconea” a personajes públicos y privados, “La Tuta” remarca su predominio en la vida de Michoacán muy por encima de instituciones a las que relega a un plano inferior, sin que hasta el momento nadie comprenda bien a bien en qué fundamenta su verdadero poder.

Versiones sobre complicidades y hasta encubrimientos de muy alto nivel, han surgido por docenas en los últimos meses y la llamada sociedad civil no deja de sorprenderse por la impunidad con que se “placea” por todos los municipios michoacanos, sin que haya sido capturado.

Por supuesto que es incomprensible que desplegadas en Michoacán todas las fuerzas de seguridad del Estado -Ejercito, Marina, Policía Federal, Cisen-, hasta ahora no ha sido aprehendido como ya se ha hecho con capos de la talla de Joaquín “El Chapo” Guzmán, de quien se dice figura entre los 50 hombres más ricos del mundo.

Incluso la detención y encarcelamiento de su más acérrimo enemigo, el doctor Mireles, obliga a pensar que “La Tuta” tiene un pacto secreto con alguien realmente poderoso, pero eso, quiérase o no, es sólo especulación que sólo terminará cuando se logre su captura o se le dé por muerto como ya ha ocurrido con aquellos criminales que sutilmente se han desvanecido de la escena pública… Sus comentarios envíelos vía internet a la dirección gentesur@hotmail.com

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