jueves, 11 de noviembre de 2010

Carlos Morán

Una oportunidad de vida…

Constantemente se menciona que para salir de un problema de adicción es necesario tocar fondo. Pero ¿qué tan profundo debe ser el fondo? ¿Hasta dónde se pretende llegar, tanto por parte de la familia como parte de la persona adicta? Accidentes, embarazos no deseados, violaciones, robos, prostitución, suicidio, todos estos y más podrían llamarse fondos.

Ciertamente cuando una persona consume drogas, Ésta va atravesando muchas líneas, límites y se van tocando varios fondos, desde luego la profundidad es progresiva, y aunque parezca un tren sin conductor sí existen maneras de detenerlo. Es preferible tomar acción y decidirse a tiempo, a decir que fue demasiado tarde, pero ¿Cuántos padres de familia lo saben? O cuántos verdaderamente están seguros que entre sus hijos y ellos todo está claro…Todos fuimos jóvenes alguna vez y escondimos algo grave, muchos lo desechamos en el camino y otros, se quedaron con “ellos” y aún viven presos.

Es alarmante el aumento en el índice de drogadicción en el mundo, en particular entre los adolescentes. A lo largo de la vida todos hemos sido testigos alguna vez de un caso de estos y siempre que ha habido una desgracia (muerte), el común denominador entre ellos, es que han sido adictos al alcohol y otras drogas. No me refiero a que la única causa que puede llevar al suicidio a una persona sea la adicción o el consumo de sustancias, existen otras causas principales como la ausencia del padre o la madre; haber sufrido una violación o abuso sexual, la desolación que causa la falta de oportunidad, problemas económicos, depresión, trastornos mentales, pero el peor es sin duda, el dinero.

El caso de la automedicación cuando la persona tiene algún trastorno depresivo puede llevar a una depresión aún más profunda dejando a su percepción el suicidio como única puerta (falsa) de salida para encontrar la paz. Se genera un círculo vicioso en el que la persona misma es la que se genera adicción con la sustancia y por lo tanto más depresión. Para salir será necesario que reciba ayuda profesional, lo que debió haber hecho desde un principio.

Recuerda que sí eres joven, tienes la responsabilidad de ser padre y posees el grandioso don de ser madre, hoy jueves 11 de noviembre a las 7 de la noche, la asociación “Familia en Marcha”, trae a Tapachula a una mujer que cuando tenía 13 años probó el alcohol. Eso la hizo sentirse increíble. Quería "comerse" el mundo experimentando desde entonces con todo tipo de drogas.

El ministerio de vida que Regina compartirá en el Teatro de la Ciudad, sin duda sacudirá a muchos padres de familia y creará la conciencia de protección y autoestima en muchos jóvenes, pero para que esto suceda, es importante ir a escucharla, sin temor más que con la entera humildad de que el mundo es un monstruo tan grande que, puede comerse a tus hijos o a ti mismo sino tenemos el cuidado a la hora de elegir y en qué momento estar presentes o cerca del ser amado.

En efecto, se trata de Regina Kuri, una mujer que hoy tiene 31 años pero que un día tuvo la suerte de despertar, y ella sabe que es gracias a Dios. Usó drogas porque consideraba que su mundo estaba al revés, nadie la comprendía pero además, en casa simplemente creían que se trataba de una chica caprichosa. Una señal que los padres nunca vieron, o no quisieron ver…

Cuando comenzó a drogarse no le fue difícil conseguir la materia prima, ya sabe usted que eso es fácil, sólo es cuestión de preguntar por la persona indicada. Regina sabía del daño que le causaban pero pensó: "eso no me sucederá a mí", impulsada por la ilusión de sentirse bien.

Hasta entonces era una alumna regular, sus padres la querían y sólo tenía un hermano que era su gemelo, pero no se sentía bien consigo misma. Si le compraban una pelota quería una más grande, quería también que la atención estuviera centrada sólo en ella.

Regina pensaba que era la única en el mundo que tenía problemas, que todos estaban contra ella. Hasta que encontró la solución. Se enganchó en las drogas, aun mirando amigos que terminaban en un manicomio o muertos. "Me sentía tan bien cuando consumía drogas o alcohol, que a pesar de mirar morir a mis amigos o verlos hospitalizados, yo decía que eso no me sucedería a mí. Sí., me fueron pasando cosas pero no con fondos espectaculares como destruir coches o cosas así. Sucedió que en casa nadie se daba cuenta, además no podría parar", dice de entrada en sus conferencias.

"Era más grande la necesidad de drogarme porque te conviertes en una esclava, la dependencia es terrible. Así siguió durante muchos años, hasta que a los 27 años decidió pedir ayuda"

Regina Kuri ahora tiene 31 años, es autora del libro “Girando de un tacón” y otros más… recuerda que después del proceso de desintoxicación descubrió que es una mujer con defectos y virtudes, pero sobre todo que se reencontró con la vida y con sus seres queridos.

"En mi caso la vida me dio el chance de empezar de cero. Pude perdonar y perdonarme. Descubrí que durante toda mi vida había estado dormida. No sabía quién era hasta después de salir de una clínica de rehabilitación", explica quien es presidenta de la Fundación “Ayudemos Todos”.

"Buscó estar bien, encontrarle sentido a la vida. La ayuda de los demás fue muy importante, de otra manera no lo hubiera logrado. Empezando porque Regina no sabía que era una enferma, creía que era la escoria de la sociedad pero descubrió que existe un poder superior que está dentro de cada uno y de todo el mundo que la hizo salir adelante".

Darse cuenta de que está viva es lo que la mantiene día a día. Dar conferencias como las que ha dado en centenares de foros, es parte de su integración al mundo y de su agradecimiento a Dios.

"Mucha gente podrá decir 'ay qué buena es', pero realmente hace “eso” (dar conferencias) porque así se salva cada día de caer, de regresar de nuevo; lo hace por el amor que ha generado hacía mí misma y al mundo, porque alguien como ella lo que hace es vivir horas extras y las quiere aprovechar".

Para escuchar a Regina Kuri, puedes comprar tu lugar en Cafetería Soconusco, Club Campestre, Angeles Cafeterías y Alta Repostería o en el Teatro de la Ciudad antes de las 7 de la noche. El costo es de 100 pesos planta baja y 50 pesos planta alta. Georgina Kuri viene a Tapachula gracias a un grupo de jóvenes que integran la asociación “Familia en Marcha”, el costo del boleto es solamente de recuperación.

Para comentarios escríbeme a morancarlos.escobar@gmail.com

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