Comentario Zeta
Carlos Z Cadena
El Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Miguel alcántara Soria, dio a conocer este fin de semana, que existen en el país cinco entidades federativas, donde los inmigrantes centroamericanos son víctimas de extorsiones y secuestros por parte de los grupos criminales, y menciona Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Veracruz y el Estado de México. Horas después de esta noticia que se dio a conocer a nivel nacional, agentes del Instituto Nacional de Migración, llevaron a cabo la detención en Arriaga, de al menos 10 Centroamericanos, que son acusados de secuestradores de sus propios connacionales que ingresan de manera ilegal a nuestro país, escenario jurídico que se ventila en Veracruz, donde cometieron las fechorías.
Lo cierto es que las noticias son tan normales que no debe de asustar a nadie, en relación al panorama que han vivido los centroamericanos que transitan desde esta frontera sur, hacia la frontera norte de México, para traspasarse a los Estados Unidos, en busca de mejores condiciones de vida, sobre todo en una entidad federativa muy humana que le ha dado un valor agregado a los migrantes de Centroamérica. Sin embargo este fenómeno –insistimos- no debe de asustar a nadie, por el contrario debe de ser un llamado de alerta para el gobierno federal, para lo que viene después y nos referimos al hecho de cuando se ponga en movimiento la travesía del ferrocarril Suchiate- Arriaga, en tres o cuatro meses, por parte de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), el ambiente tomara otras dimensiones con un fenómeno migratorio más fluido.
En los últimos cinco años, el fenómeno migratorio que ingresaba hasta el 2005, por los polos fronterizos de Talismán y Suchiate, prácticamente desapareció por la sencilla razón de que el huracán Stan, destruyó puentes y vías del ferrocarril. Eso ha hecho que en estos cuatro años, no se sufra de tanta migración por esta región del Soconusco y la Costa, sino que es hasta en Arriaga, el lugar de convergencia de los migrantes centroamericanos, que ingresan por otros lugares de extravió entre Chiapas con la República de Guatemala.
El problema -quiérase o no- disminuyó al grado de que también pocos saben que en Tecun-Uman, lugar vecino ubicado en la frontera de Guatemala con México, también sufrió una metamorfosis, al disminuir la delincuencia tan enraizada en este lugar, al grado de que mucha familias mexicanas se van a turistear o de compras a este lugar los fines de semana, y todo fue posible gracias a que no estuvo en funciones el ferrocarril de la Costa, que sale de Suchiate, cruza Tapachula, Huixtla Pijijiapan, Tonalá hasta llegar a Arriaga. Por eso hay razón de aquellos chiapanecos que señalan en forma de chunga, que fue el Stan, el que vino mucho a controlar el paso de los migrantes centroamericanos, por aquello de que desapareció el ferrocarril, donde en su momento las bandas maras salvatruchas fueron temas hasta de debate de inseguridad por los analistas de la seguridad nacional de nuestro país y los Estados Unidos .
No obstante el ferrocarril es un medio de transporte de imperiosa necesidad que debe de fluir en todo el país, y más aún para Puerto Chiapas, porque un Puerto sin ferrocarril sencillamente no es Puerto, además en la historia de Chiapas, fue el ferrocarril tal vez el medio de transporte más importante del estado en una época, porque por ese gusano de acero, fue el transporte de nuestros abuelos y de mucha gente que vino a vivir a Chiapas y la Costa de otros lugares del país y del mismo centro y norte de la entidad, cuya migración la hacían hacia la Costa -vía la denominada “La Sepultura”-, donde por ahí bajaban en carretas jaladas por bueyes para llegar a Arriaga y hacer el viaje por tren, que es el nombre real cómo los chiapanecos conocemos a este medio de transporte.
Inclusive en Tuxtla Gutiérrez, hay muy cerca de La Pochota, un monumento de esta historia, donde el artista hace un emblema de una carreta jalada por bueyes y empujada por campesinos, simbolizando también este medio de transporte del centro del estado, para llegar a la Costa, cuya primera parada era la famosísima Estación de Arriaga, y cuya travesía tardaba varios días, un recuerdo de la historia atribuible al exgobernador Juan Sabines Gutiérrez.
Pero más allá de lo extraordinario de esta historias urbanas, el meollo del asunto de nuestro tema referido de hoy, es que la reinauguración en fecha próxima del ferrocarriles de la Costa debe de encender un foco rojo en señal de alerta, para que no nos tome desprevenidos, y al momento de que se ponga en marcha otra vez el gusano de acero, las instancias federales del Instituto Nacional de Migración, las fuerzas armadas, las policías estatales de la frontera y demás autoridades que tienen que ver con el fenómeno migratorio, se pongan abusados con algunas estrategias o un proyecto para evitar que el ferrocarril, sea tomado nuevamente como el transporte de migrantes ilegales y vuelva el fantasma de la inseguridad y la violencia.
Hay que aceptar que se viene un problema serio, porque lo cierto es que el escenario migratorio en estos últimos años, no ha sido verdaderamente un problema grave en la entidad, salvo lo que ha acontecido en Arriaga, que es el punto de convergencia de los migrantes, y no era problema porque no había ferrocarril desde el Suchiate, pero ya entrando en funcionamiento el gusano de acero, sin duda volverán las postales aquellas que asemejan a un tren revolucionario Villista donde los contingentes de migrantes, todavía saludaban a los vecinos de los municipios Costeños, llenando a los vagones y muchas veces patrocinados por los mismos empleados del tren que en Tapachula, se dice que fueron los primeros “Polleros de México”.
En síntesis, este es un llamado de alerta para que nuestras autoridades federales se preparen concienzudamente, porque realmente el problema está por venir y estos años fue “años light” en materia de internación de migrantes al menos por esta región. El problema está por venir –y en qué forma- y debemos hacerle frente, donde los medios de comunicación –impresos y escritos- también deben de participar.
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