Í N D I C E . . .
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Ruperto Portela Alvarado.
Que yo recuerda o sepa, en ningún país del mundo se diseñan, imprimen y circulan más billetes y monedas nuevas que en México. En menos de 20 años ha habido cuando más de cinco cambios en el perfil del papel moneda y de las monedas mismas. Pregunto: ¿cuál es la intención?, ¿dónde está el beneficio?, ¿qué se pretende?. La verdad que no lo entiendo.
Que yo recuerda o sepa, en ningún país del mundo se diseñan, imprimen y circulan más billetes y monedas nuevas que en México. En menos de 20 años ha habido cuando más de cinco cambios en el perfil del papel moneda y de las monedas mismas. Pregunto: ¿cuál es la intención?, ¿dónde está el beneficio?, ¿qué se pretende?. La verdad que no lo entiendo.
En un país como México donde el mayor llanto y queja es por la falta de dinero, nadie se explica cómo se atreve el Gobierno Federal a cambiar de la noche a la mañana la estructura física de los billetes cuando eso ha de costar millonadas de pesos desde su diseño hasta su impresión y puesta en circulación.
Puede haber una explicación con cierto dejo de embuste, engaño y corrupción; dejar que las monedas y billetes que “supuestamente” han sido reemplazadas por otros sigan en circulación, lo que provoca una inflación por demasía de circulante. Si no, que alguien me corrija la plana.
Como soy sobreviviente del inicio de la mitad del siglo pasado (1951), todavía conocí la moneda de cincuenta centavos (el tostón) que traía la esfinge de Cuauhtémoc (1956) en cobre con un diámetro de tres centímetros y medio en tanto que la nueva que acaba de salir apenas alcanza el 1.5 centímetros. Añoramos aquella bella moneda de 20 centavos diseñada en cobre con un sol resplandeciente y abajo la pirámide del Sol de Teotihuacán con su escudo nacional al reverso como todas. Su tamaño era de 2.5 centímetros.
Tanto se ha degradado la moneda que para el año de 1988 se mandó acuñar una moneda de doscientos pesos con la esfinge de don Venustiano Carranza que fue exactamente del tamaño (2.5 centímetro de diámetro) de la de 5 centavos de 1951, dedicada a la Corregidora, doña Josefa Ortiz de Domínguez.
No hay que perder la dimensión del tamaño de la moneda con el valor adquisitivo que tenía, pues “un peso” de 1966 con el busto de Morelos y con un diámetro de casi 3.5 centímetros contra el actual de escasos 2 centímetros o con la de dos pesos que alcanza los 2.2 centímetros y sin la figura emblemática de alguno de los héroes nacionales de la Independencia o la Revolución Mexicana.
Hay comparativos. Una moneda de diez pesos actuales es del mismo tamaño que la de una de 20 centavos de los años 1954, 57, 59, que son las que tengo a la mano. En nada se parecen todas estas monedas al “peso de plata 0. 7.20 de aquellos años de 1945. Todo se ha degradado y “hasta las palabras se han pervertido. No debemos olvidar que circularon monedas conmemorativas de los XIX Juegos Olímpicos de México 1968 y otra dedicada al Templo Mayor de la Coyolxauqui, con denominación de 50 pesos.
En 1985 se acuñó una minúscula moneda en níquel con valor nominal de 50 pesos donde aparece la figura de don Benito Juárez, que apenas llega a medir los dos centímetros de diámetro. Ahora hay una de 20 centavos de 2 centímetros. Ahí está la diferencia. No hay que olvidar que en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari a la nominación del peso mexicano se le quitaron tres ceros y que además se hizo desaparecer la figura de los héroes de las monedas y que en la administración panista de Vicente Fox Quesada se bajó del pedestal la fotografía del Benemérito de las Américas, don Benito Juárez García.
Hoy se quiere resarcir esos yerros con la emisión de monedas conmemorativas dedicadas con las esfinges de Belisario Domínguez, Francisco Primo de Verdad, José Vasconcelos, Francisco I. Madero, Álvaro Obregón, Ignacio López Rayón, Carlos María de Bustamante, José María Morelos y Pavón, Miguel Ramos Arizpe, Miguel Hidalgo y Costilla, entre otros.
Pero en fin, la degradación del diseño y el tamaño de las monedas así como el uso del metal en que se acuñan, nos dan la certeza de que se ha deteriorado aceleradamente el valor adquisitivo de nuestra moneda pues en 1994 en que Carlos Salinas de Gortari le quitó tres ceros al peso (convirtiéndolo en nada) la relación del peso con el dólar era de 19 mil pesos mexicanos por un dólar que ya en el gobierno de Ernesto Zedillo con la supresión de los tres ceros quedó en 19 pesos que luego al término de este sexenio alcanzó un costo de 27 pesos por dólar.
De los billetes, sus denominaciones que alcanzamos a tener un “pancholar” de 5 mil pesos y otro de diez mil, ya comentaré en otra ocasión para completar este breviario en el que habrán de estar involucradas las autoridades federales con toda su cauda de corrupción…
A LA CARGA CON EL GLEASON…
Diría Patrocinio González Garrido: “yo no tuve la culpa de nacer en cuna de oro y pañales de seda”. Y la verdad que muchos si tenemos la desgracia de haber sido paridos en los barrios más humildes y con pocas posibilidades de hacer un patrimonio que asegure nuestro futuro. Por eso, el que lo tenga que lo goce y el que no…que se chingue.
Por eso en este gobierno sabinista los hijos de papi están gozando del poder; accediendo a él desde la gubernatura hasta el Congreso del Estado como en la dirigencia de partidos y posiciones administrativas. Se vale porque este mundo capitalista, consumista y globalizado lo permite, y el que no sepa “cómo masca la iguana” que mejor se dedique a otra cosa que no sea la política.
Habrá de ser este el caso de Roberto Albores Gleason que con todo el derecho del mundo está aprovechando el patrimonio político y económico de su padre, Roberto Armando Albores Guillén. Y no solo es que se trate de aprovechar la coyuntura, sino saber del tiempo, lugar y con quienes. No es solamente de “ya llegué; atiéndanme”.
Porque si algo es cierto es que a Roberto Albores (padre) no le regalaron nada de lo que en su haber político tiene. Lo consiguió con valentía, con fuerza, con una lucha constante de la que se habrá de acordar el ex gobernador Julio César Ruiz Ferro. Por eso, según es el Diablo, debe ser el Diablito. Si es cierto que hay un Satanás, seguramente que habrá un heredero en ese infierno de la política aldeana y nacional.
Roberto Albores Gleason ya se abrió de capa y va con todo por la dirigencia estatal del PRI en Chiapas. Está siguiendo los pasos del recién electo dirigente nacional del Revolucionario Institucional, Humberto Moreira Valdez: lograr una candidatura de unidad con las adhesiones de Presidentes y ex Presidentes Municipales, diputados (y ex) federales y locales, senadores y uno que otro empujoncito de parte de la cúpula nacional, llámese Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa Patrón y hasta el de la aún presidente del PRI, Beatriz Paredes Rangel.
El diablito va bien y tiene la esperanza de sacarle de la manga la carta que tiene el diputado Aquiles Espinosa García, que también es de los que aspira con vehemencia y seguridad a la Presidencia del CDE del PRI en Chiapas. Yo creo que entre ellos dos está la jugada y que a estas alturas del partido no creo que Oscar Salinas Morgan, aún con el padrinazgo del diputado federal, Sami David David, pueda hacer algo para remontar los momios. Tampoco hay avances en la aspiración del “matatígre” Julián Nazar Morales, “El Talibán” y menos el “Puerquito Valiente” de Carlos Mario Culebro Velasco que dicho de paso fue una de las piezas que mucho tiempo movió “Papá Satanás”, Roberto Albores Guillén.
De la semana pasada a lo que va de la presente, estoy seguro que Roberto Albores Gleason le tomó la ventaja a Aquiles Espinosa García y todo porque este último salió primero en la carrera desde que Arely Madrid Tovilla dejó la presidencia del PRI en Chiapas y él asumió el cargo como interino.
La moneda está en el aire, solo que quien lleva mano es Albores Gleason, sin dejar pasar que Aquiles “Boy” tiene detrás de él a una gran estratega que hasta ahora no ha perdido un solo partido. Logró la coordinación de la bancada de los diputados locales del PRI; la presidencia de la Junta de Coordinación Política de la LXIV Legislatura del Estado; metió a su secretario particular Federico Ruiz Gamborino como regidor en el Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez y va por la dirigencia estatal priísta en la persona de Aquiles Espinosa.
Así las cosas de maravillosas, como dice la canción…
COMENTARIOS AL MARGEN…
Para completar el tema, hay que comentar el hecho de que ya los Presidentes Municipales del Norte, Centro y Costa, se están adhiriendo al proyecto de Roberto Albores Gleason. Uno es Andrés Carballo de Pichucalco; otro, Límbano Domínguez Román, de Chiapa de Corzo; Raúl Flores Citalán de Huehuetán; Abel Martínez Hernández de Frontera Hidalgo; Jorge Arnoldo Chíu Madrid, de Mazatán y Félix Gustavo Sosa de Acacoyagua. Más los que se junten en esta y la otra semana... Eso deja ver el trabajo de cabildeo del “Diablito” que hoy jueves estará con algunos “muchachitos” de la prensa local y corresponsales nacionales…// Quedaron muchos datos en la “Scribe”, pero ya mañana los desahogaré con todo el empuje necesario…// “No por mucho madrugar amanece más temprano”, pero, “al que madruga Dios le ayuda”… Entonces, ¿en qué quedamos?... Se acabó el mecate… Y ES TODO…
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