miércoles, 13 de noviembre de 2013

CARREREANDO LA CHULETA

REVOLUCIÓN, CÓMO NOS HACES FALTA

Por Ronay González

Aún tengo presentes las tres hojas que me puso a escribir la maestra Lupita acerca de la Revolución Mexicana… recuerdo aquello de que “fue un conflicto armado que inició el 20 de noviembre de 1910 con el levantamiento encabezado por Francisco I. Madero contra el presidente Porfirio Díaz”.

Ese baile no terminó en un simple agarrón de pelo o un coscorrón como los que me daba mi socia (gracias a Dios ya no está por acá y por teléfono no duele), ya que si bien en un principio fue una lucha contra el orden establecido, con el tiempo se transformó en una guerra civil; algunos la consideran como el acontecimiento político y social más importante del siglo XX en México.

A diferencia de la Independencia, el enemigo era mexicano, y desde aquella primera vez en que me enteré de estos asuntos, aunque la verdad entonces no entendí mucho, pero más datos llegaron después, al principio a fuerza de librazos, coscorrones, chancla… después fui yo quien los buscó a través de documentales televisivos, libros, y todo esto, desde aquí sentado con mi café y mi puño de galletas de animalitos, todo pareciera indicar que estamos por vivir otra Revolución.

La verdadera Revolución fue en el intelecto, en la disposición de la gente para un cambio, de hecho fue años después de terminada que se comenzaron a dar los cambios que se buscaban, en donde los ciudadanos podían opinar, las mejoras laborales, se crearon institutos para servicio de la gente, que después se convirtieran en otra cosa, es otra historia.

Soy de los que presume esta patria cada que tengo oportunidad, y aunque tengo mis reservas acerca de muchas cosas que he criticado más de una vez en estas líneas, siento la piel vibrar al escuchar el Himno Nacional, me encanta la letra de “Mi Ciudad” o “Cielito Lindo”, me fascina el sabor del buen café o del tequila, el son del mariachi y lo colorido que somos; no hay nada como el humor del mexicano, a todo le hacemos chiste, humanitarios como sólo nosotros sabemos serlo, tanto en las grandes catástrofes como si muere alguien de la cuadra, todos salimos pa’ ver en que se puede ayudar, desde hacer los tamales para el velorio, hasta consolar a los familiares.

Sin embargo, cada vez son más los mexicanos enojones, los que parecieran molestos con otros mexicanos, y es preocupante, porque algunos tapados en el anonimato se dedican a despotricar contra la sociedad mexicana, o con los pobres de este país que son tan mexicanos como los ricos, pareciera que le tuvieran odio a esta patria, un odio reprimido que no pueden más que sacarlo por medio de algunas redes sociales.

Tengo miedo que el mexicano pierda su sentido del humor, que las mujeres de este país pierdan el calor hogareño, que nuestra piel deje de ser morena que nos caracteriza, que perdamos el gusto por la marimba o el mariachi, que nos deje de interesar, como ya está pasando, la cultura y folclor que tenemos en bailables música y pintura, tengo miedo que nos olvidemos algún día de Jaime Sabines, o que ya no nos cautive Frida Calo o Diego Rivera, que se pierda la receta del tamal de chipilín con camarón o pechuga (¡santo Dios!).

De un tiempo para acá, los mexicanos nos la pasamos peleándonos entre nosotros, pareciera que ya se nos olvidó por lo que lucharonven la Independencia o la revolución se nos estuviera olvidando y nos va a pasar otra vez lo mismo.

Ahí nomas como dato, La Constitución de 1917emanada del movimiento revolucionario fue una de las más adelantadas del mundo que reconoció los derechos laborales colectivos y las garantías sociales, que nos habrá pasado? Hay que dejar en claro que esta patria en increíblemente grande fuerte y maravillosa pero le estamos cargando demasiado la mano ¿no lo cree usted así?

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